Cuando el Gobierno egipcio bloqueó temporalmente las redes sociales en el inicio de la revolución que tumbó al régimen de Hosni Mubarak, los responsables de Twitter respondieron inequívocamente. "Creemos que el intercambio libre de información e ideas beneficia a las sociedades y ayuda a los gobiernos a conectar mejor con su pueblo". Un año después, la misma compañía que hizo de la defensa de la libertad de expresión una de sus señas de identidad, acaba de abrir la puerta a la censura selectiva de sus contenidos en algunos países. El cambio ha indignado a sus usuarios.

La web de microblogs se llenó ayer de mensajes airados de los internautas, ya fuera para expresar su decepción por el cambio de política, explorar sus consecuencias en países donde la mordaza estatal deja pocos resquicios a las opiniones libres o especular sobre los motivos que han llevado a Twitter a alterar sus principios. "Error 404. No se encuentra la libertad de expresión", tuiteó un internauta. "Querido Twitter: estaba locamente enamorada de ti, pero ahora, con Twittercensurado, vas a hacer que te odie", decía Noon Arabia.

En un comunicado emitido la madrugada del viernes, Twitter anunció que a partir de ese mismo día se arrogaba el derecho de "bloquear retroactivamente el contenido de los usuarios en un determinado país" para adaptarse a las sensibilidades locales. Y también aclaraba sus motivos, ejemplificando la medida con la prohibición de la apología del nazismo en Francia o Alemania. "A medida que crecemos internacionalmente, entraremos en países que tienen diferentes ideas sobre los contornos de la libertad de expresión", explicaba.

Pero Twitter parece haber priorizado sus intereses económicos globales al espíritu de libertad que ha impregnado su web hasta ahora. Aunque el bloqueo de contenidos en sus páginas no es nuevo. Hasta ahora, cuando las autoridades de algún país requerían la retirada de un mensaje, este desaparecía de su red global. Con los nuevos cambios, solo lo hará del país en cuestión y, según la compañía, se "intentará" comunicar la censura al usuario, mientras en el resto del mundo reseñará sus motivos. "Lamentablemente, es un paso lógico para una plataforma que desea ser aceptada en todo el planeta. Algunas compañías se ven obligadas a hacer concesiones para satisfacer los caprichos de empresarios, policía secreta y líderes religiosos", escribió ayer la revista TechCrunch.

Jugosos mercados como el chino, donde los filtros del régimen dificultan hasta ahora el acceso a Twitter y Facebook, estaban ayer en la mente de todos. Otros usuarios conjeturaban sobre la influencia que hayan podido tener en la decisión los 300 millones de dólares invertidos en la compañía por el príncipe saudí Alwaleed bin Talal.

BOICOT Ante las consecuencias de la nueva política de Twitter, una herramienta esencial en las primaveras árabes o las movilizaciones contra los excesos del capitalismo de Ocupa Wall Street, algunos llamaron ayer a la movilización. El colectivo Anonymous ha convocado para hoy un boicot de la red social. Reporteros Sin Fronteras envió una carta al director ejecutivo de Twitter, James Dorsey, instándole a revocar la decisión. "Al decidir alinearse con los censores, Twitter priva a los ciberdisidentes de países represores de una herramienta crucial de información y organización", decía.