El emperador Akihito de Japón ha dirigido este miércoles un excepcional discurso televisado a la nación en el que se ha declarado "profundamente preocupado" por las consecuencias del terremoto del pasado viernes y del posterior tsunami y por el estado de alarma nuclear tras los daños sufridos en la planta de Fukushima y ha pedido calma a la población. Este es el primer mensaje televisado del jefe de Estado desde el grave seísmo del viernes. En un mensaje sin precedentes a través de la cadena de televisión pública NHK, Akihito, visiblemente apesadumbrado, ha asegurado que los problemas en la planta nuclear de Fukushima no se podían haber previsto y ha señalado que el seísmo del viernes "no tiene precedentes". El emperador ha señalado que reza por el bienestar del máximo número de supervivientes posible tras el desastre y ha instado a los japoneses a ayudarse y a colaborar. "Espero desde el fondo de mi corazón que la gente, mano a mano, se trate con compasión para superar estos tiempos difíciles", ha dicho Akihito. El jefe del Estado ha señalado que "el número de víctimas aumenta día tras día" y las autoridades "no saben cuántos ciudadanos han muerto". "Espero sinceramente que podamo superar esta situación gracias a nuestros esfuerzos", ha añadido.