LA MUJER vivió los últimos años de su vida en la parte superior de la casa del carcelero de Amstetten, que tapió las ventanas con ladrillos para que no viese la luz nunca más, según publicaba ayer la prensa austriaca citando el informe psiquiátrico. Fritzl, que está pendiente de juicio por encerrar y violar durante 24 años a su hija Elisabeth.