Los españoles retrasan cada vez más el momento de ser padres. Según la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE), más del 80% de las mujeres menores de 30 años, y más del 90% de los hombres, no tienen hijos. 

Así, España se sitúa como el segundo país europeo donde se tienen hijos más tarde, por encima de los 31 años, solo por detrás de Italia (31,3 años).

Además, un reciente estudio determina que los problemas de fertilidad masculina suelen aparecer a partir de los 40 años.

La edad paterna supone un riesgo para la descendencia y también, claro, afecta a las posibilidades de que la mujer se quede embarazada, sobre todo, por el menor número de espermatozoides y su menor movilidad. 

Esther García Rojo, uróloga de la Unidad de Andrología de ROC Clinic y experta en fertilidad masculina, responde a este portal las dudas más frecuentes sobre la capacidad fértil de los hombres y cómo influye según su estilo de vida y la edad.

¿Cómo se puede mejorar la fertilidad masculina cambiando los hábitos de vida?

Hay ser conscientes de la importancia del factor masculino, ya que la mitad de la información genética que necesitará el embrión procede del espermatozoide.

Muchas veces los estudios se centran casi por completo en la mujer. Pero no basta. Es necesario efectuar estudios en el varón antes de realizar un tratamiento de reproducción asistida.

En general, se estima que aproximadamente el 15% de las parejas son infértiles.

Esto significa que no pueden concebir un hijo, a pesar de haber tenido relaciones sexuales frecuentes y sin protección durante un año o más.

En aproximadamente un 20% de estas parejas, la causa es la infertilidad masculina. Y en un 30-40% se considera que es un factor contribuyente. Porque una mujer fértil puede compensar algunos problemas de fertilidad en el hombre y, por lo tanto, la infertilidad generalmente se manifiesta si ambas parejas tienen fertilidad reducida.

Y sobre si, el estilo de vida tiene un efecto en la fertilidad, la respuesta es afirmativa. Estudios científicos muestran peor calidad espermática en pacientes con estilo de vida menos saludable.

Los tóxicos de la ingesta, problemas de salud como obesidad o desórdenes emocionales actúan desregulando el sistema hormonal, reduciendo los niveles de testosterona y los parámetros espermáticos principales.

Otros factores como algunos tóxicos ambientales también pueden afectar a la fertilidad.

Y todos estos factores son capaces de generar alteraciones metabólicas, endocrinas o seminales, aunque dependiendo del factor pueden incidir más en unas alteraciones que en otras.

En general, la infertilidad masculina se asocia a peor salud global, mayor riesgo de cáncer, enfermedades cardiovasculares y autoinmunes, mayor hospitalización y menor expectativa vital.

Para preservar una buena fertilidad se debe seguir una alimentación saludable, una práctica deportiva regular y limitar el consumo de tabaco y alcohol, entre otros.

¿Hay tratamiento para la infertilidad masculina?

La fertilidad masculina puede verse afectada como resultado de múltiples factores, tales como:

  • Anomalías del aparato urogenital, secundaria al tratamiento de neoplasias malignas (enfermedades en las que hay células anormales que se multiplican sin control e invaden los tejidos cercanos).
  • Infecciones del tracto urogenital.
  • Aumento de la temperatura escrotal (por ejemplo, como consecuencia de varicocele).
  • Alteraciones endocrinas u hormonales.
  • Anomalías genéticas,
  • Factores inmunológicos.

El varicocele, o dilatación de las venas del cordón espermático es una condición frecuente (12% de los varones) y es la alteración anatómica más frecuente en varones infértiles.

Pero en el 30-40% de los casos, no se encuentra ningún factor asociado a la infertilidad masculina (infertilidad masculina idiopática) tras un estudio completo.

Estos hombres carecen de antecedentes de enfermedades que afecten la fertilidad y tienen hallazgos normales en el examen físico y en las pruebas endocrinas, genéticas y bioquímicas.

En cualquier caso, y como es lógico, el tratamiento, depende siempre de las causas de la infertilidad.

A grandes rasgos, cuando existe un fallo testicular primario (significa que el problema está en el propio testículo, es decir en la producción de espermatozoides), la mejor opción de tratamiento son las técnicas de recuperación espermática con biopsia testicular.

Representación de espermatozoides fecundando un óvulo EP

En el caso de una azoospermia obstructiva (cuando existe producción de espermatozoides pero no salen al eyaculado por obstrucción en algún punto por diversas causas), se pueden usar diferentes técnicas de recuperación espermática, dependiendo de la causa y del lugar de obstrucción.

La obstrucción intratesticular supone un 15% del total y como es imposible la recanalización requiere de técnicas quirúrgicas de recuperación espermática.

La más frecuente (30-70%) es la obstrucción epidimiaria (en la que no se observan espermatozoides en el eyaculado), y en ella se puede optar por técnicas de aspiración microquirúrgica del epidídimo o recanalizaciones quirúrgicas como la epidimovasostomía microquirúrgica.

Si existe un varicocele clínico y mala calidad espermática, estaría indicada la realización de una cirugía a ese nivel. Y actualmente la técnica recomendada es la varicocelectomía microquirúrgica subinguinal. Se trata de una intervención quirúrgica que soluciona la disfunción circulatoria de las venas testiculares y que ofrece las menores tasas de recurrencia y de complicaciones.

Si una pareja lleva más de un año intentando ser padres. ¿Deben acudir a un especialista?

La evaluación de la pareja debería iniciarse tras un año intentando concebir con frecuencia sexual adecuada, aunque se debería comenzar previamente si se conocen factores de riesgo para la infertilidad, en ambos sexos.

El estudio del varón lo hace un urólogo y el de la mujer un ginecólogo.

En cuanto al varón, la investigación de rutina debería incluir una completa historia clínica y reproductiva, exploración física, determinación analítica de los valores hormonales y un seminograma como primer estudio básico.

¿En qué casos está indicado un análisis de semen?

El análisis del semen se realiza, por consenso, siguiendo los protocolos y los valores de referencia de la Organización Mundial de la Salud.

La muestra se obtiene tras una abstinencia entre 3-5 días, mediante masturbación y sin que pase más de una hora hasta su análisis.

  • Si los resultados del seminograma son normales, un test es suficiente.
  • Si los resultados son anormales debe realizarse un nuevo análisis en un intervalo mínimo de 2 a 4 meses con respecto al previo.

Basándonos en el resultado del seminograma podemos diferenciar varias alteraciones que reciben diferente denominación. Es importante distinguir entre:

  • Azoospermia: ausencia de espermatozoides.
  • Oligozoospermia: <15 millones/mL. Grave si <5 millones/mL. 
  • Astenozoospermia: <32% de espermatozoides móviles progresivos.
  • Teratozoospermia: <4% de formas normales
  • Necrozoospermia: ≥ 42% de espermatozoides muertos.
  • Leucocitospermia: > 1 millón de leucocitos/mL.

A menudo, la oligozoospermia, la astenozoospermia y la teratozoospermia concurren simultáneamente, generando, lo que se denomina el síndrome oligoteratoastenozoospermia (OAT).

La ropa ajustada, ¿es una causa de infertilidad o se trata de un mito muy extendido?

Es importante saber que para poder producir espermatozoides, los testículos necesitan estar un grado o dos por debajo de la temperatura del cuerpo humano, y ésa es la razón por la que se encuentran aislados del abdomen y, concretamente, en las bolsas escrotales.

Es un hecho que el aumento de calor en los testículos puede provocar un deterioro de la producción de esperma.

Algunos estudios realizados en un número limitado de sujetos apoyan la creencia de que la ropa interior ajustada puede provocar un aumento de temperatura suficiente para perjudicar el desarrollo y la producción de espermatozoides.

Sin embargo, algunos estudios más amplios no encontraron que las diferencias de temperatura causadas por los estilos de ropa interior sean lo suficientemente grandes como para tener importancia clínica.

¿En resumen? No hay ninguna razón para que los futuros padres abandonen sus calzoncillos habituales.

Se estima que aproximadamente el 15% de las parejas son infértiles y un 20% de ellas, la causa es la infertilidad masculina Freepik

Con el retraso en la edad para ser padres, ¿debería conservarse los espermatozoides?

A diferencia de las mujeres, que nacen con un número finito de ovocitos o células reproductoras, la espermatogénesis o mecanismo encargado de la producción de los gametos masculinos se extiende desde la adolescencia y durante toda la vida del varón, por lo que no está indicada la preservación de semen en el contexto de retraso de la paternidad.

La espermatogénesis tiene una duración aproximada de 62 a 75 días en la especie humana

La criopreservación consiste en el almacenamiento y conservación del semen a -80 ó -196ºC.

A temperaturas tan bajas los procesos bioquímicos y metabólicos se encuentran prácticamente interrumpidos evitando la muerte celular de los espermatozoides.

Puede ser una opción en casos de:

  • Previo a quimioterapia, radioterapia y cirugía que puedan afectar a la fertilidad, en hombres que la deseen y no tengan cumplido el deseo genésico.
  • Empeoramiento progresivo de la calidad espermática en algunas alteraciones hormonales o metabólicas crónicas.
  • Tras la obtención de semen en casos de ausencia de eyaculación (mediante vibroestimulación o electroeyaculación) por diferentes causas.
  • De forma simultánea, aprovechando una biopsia testicular diagnóstica por infertilidad.
  • Para almacenar semen de donante, ya que disminuye el riesgo de transmisión de infecciones, no recomendándose su utilización en fresco de donantes anónimos.

Hay que tener en cuenta, que la criopreservación produce un deterioro en la calidad del semen, disminuyendo su movilidad, alterando su morfología y pudiendo dañar el ADN espermático. Esto se debe a la formación de cristales de hielo y a la deshidratación celular durante el proceso de congelamiento. Existen varias soluciones de criopreservación, que permiten minimizar estos inconvenientes.

Reversión de la vasectomía: ¿es posible volver a ser padres?

La cirugía de vasectomía es una causa frecuente de azoospermia (ausencia de espermatozoides) obstructiva. En estos pacientes, se indica de forma general una cirugía reconstructiva; mediante reversión de vasectomía (vasovasostomía). Durante esta cirugía se vuelven a unir los segmentos de deferentes seccionados en la vasectomía para conseguir un paso de los espermatozoides libre que permita un embarazo mediante relaciones sexuales.

No es una cirugía sencilla. Se realiza con microscopio (la luz del conducto deferente mide sólo de 0,1 mm a 0,3 mm) y es preciso que la realice un uro-andrólogo especializado en la técnica.  La duración de la vasovasostomía, es de entre 2 y 4 horas. La vasovasostomía se ha mostrado más coste-efectiva que las terapias de reproducción asistida en estos pacientes.