No corren buenos tiempos para el fútbol en Pozoblanco. El equipo se tambalea y está empezando a notar los síntomas de la "enfermedad" económica que tiene encima. La derrota ante el San Roque ha puesto de manifiesto que deportivamente el Pozoblanco no atraviesa su mejor momento. Y es que basta con echar un vistazo a los números en casa. No se gana en el Municipal desde el primer día de noviembre, habiendo conseguido tan solo uno de los últimos quince puntos que el equipo ha podido conquistar ante su afición. Cierto es que en las últimas semanas se ha respirado un aire tenso dentro del club. Antes de la llegada del San Roque, el equipo tan solo había entrenado un día en tres semanas de manera conjunta, por falta de liquidez para desplazamientos. Por no hablar de los esperpénticos casos de Santacruz y Sancho. Al cierre de esta edición, el primero se hallaba entrenando con el Lucena, buscando un hueco en la plantilla lucentina. Lo más llamativo de esta historia es que Santacruz jugó ante el San Roque con su club actual, el CD Pozoblanco. Un jugador con dos novias, la suya y la que quiere conquistar. El caso de Sancho también roza el esperpento y habla por sí solo de lo que han cambiado los tiempos en el fútbol. En otra época, cualquier jugador se daría tortas por jugar en el primer equipo, representando a su pueblo. Pues Sancho no lo entiende así y hasta publica en su Twitter que no jugó ante el San Roque por preferir jugar con el equipo juvenil del CD Pozoblanco. Garrido, quien nunca se esconde, entró a valorar ambos casos: "Con la situación que se está viviendo y el tema de Santacruz, es difícil preparar un partido. No sé con cuáles ni cuántos jugadores voy a contar para el fin de semana".

Sobre el caso de Sancho apuntó que "esperemos que todo sea reversible y podamos reconducir la situación, pues están pasando cosas muy raras este año".

Pero sin duda, el hecho que más preocupa al técnico es la salida del meta Javi Sánchez. El hasta hace unos días portero titular del equipo se marchó al Don Benito, dejando huérfana la meta vallesana, pues solo unos días antes el meta suplente Choco también había dejado la disciplina vallesana. Así las cosas, Garrido tuvo que contar con Pedro, un chaval de 16 años que ante el San Roque tuvo que cubrir las fisuras de una defensa que hizo aguas por todas partes. Demasiada responsabilidad para el joven. También ha puesto fin a su aventura en el club Manu Leal. El Pozoblanco perdía 1-4 ante un San Roque que poco demostró tanto en la ida como en la vuelta, pero que se llevó ambos partidos.

En plena crisis deportiva e institucional, el Pozoblanco tiene este fin de semana un largo camino hasta Los Barrios, un equipo que está intentando huir del descenso. Garrido también lo tendrá crudo para completar la convocatoria. Alberto Fernández y Soto son bajas por sanción y Charaf cayó lesionado ante el San Roque.