El número 8 de la calle Empedrada es hoy un espacio habitado, querido y cuidado por su propietaria, Antonia Navas Navarro, que adquirió la casa en 1987 en un estado de «ruina total».

Todo apunta a que este recinto, una casa modesta de arquitectura popular, fue la misma que en mayo de 1921 ganó el primer premio del recién estrenado concurso de balcones, patios y escaparates de la ciudad de Córdoba con una dotación de cien pesetas y siendo alcalde Francisco Fernández de Mesa.

Empedrada 8 es un laberinto de caminos, uno empedrado que atraviesa la propiedad y que era una vía pública, de viviendas a dos alturas, salpicado de arcos antiguos y nuevos, con muros de piedra y paredes encaladas, que se sustenta en parte en sillares romanos. «Yo soy ecologista y no quería vivir en una jaula. Quería una casa en la que hubiera verde, aire y pudiera ver el cielo», explica Antonia Navas, mientras nos enseña los mil y un recovecos de este recinto de 400 metros cuadrados.

El dueño en 1987 era un señor muy mayor, de Muebles Martínez, y aunque la casa estaba en ruinas la compró, porque «yo quería un espacio silencioso, no muy alejado del centro y poder arreglarlo. Me encanta la piqueta, la construcción y poder descubrir cosas», comenta. Dos hallazgos le ha ofrecido este que es su hogar desde hace casi 35 años: sillares y fragmentos de mosaicos romanos.

Ella cuida y mantiene el recinto con criterios ecologistas, porque «yo quería vivir en una casa sana», por eso encala las paredes y así «no estoy respirando contaminantes».

También tiene dos inmensos cubos para recoger el agua de la lluvia y, desde luego, no necesita aire acondicionado en verano, porque «se riega, se echa el toldo y aquí estamos a diez grados menos que en la calle».

Todas las plantas que tiene en el patio, de estructura asimétrica, las ha ido poniendo ella durante todos estos años que lleva viendo y cuidando este espacio de vida.

«Son todas plantas de sombra, porque los geranios y las gitanillas, al no dar mucho el sol, no se dan bien», cuenta mientras echa un vistazo a un gigantesco ficus que plantó en la década de los noventa o a una inmensa parra de hace diez años. El patio también está adornado con un naranjo y en otra zona de la vivienda hay un limonero lunero, que «da muchísimos limones con cada luna».

Ella reconoce que es «una casa de vecinos, muy popular y muy modesta», y que cuando va a ver otros patios de Córdoba le parecen más bonitos que el suyo, pero «en este vivo yo y lo disfruto muchísimo».

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Aquí empezó el concurso de patios de Córdoba A.J.González

Considera que vivir en esta casa-patio «tiene mucho trabajo» y no solo por las plantas, sino por irla arreglando pero siempre intentando conservar su ambiente de «casa popular, de casa de vecinos». Se acuerda de que antes de entrar a vivir en ella tuvo que sacar 53 contenedores de escombros y cinco metros cúbicos de cascotes.

«Vivir aquí no tiene precio. Hay muchas cosas buenas, como el silencio. Además, aunque sea mucho trabajo nos lo repartirnos entre las personas que vivimos aquí», apunta.

Traductora e intérprete, ahora está en paro, porque trabajaba organizando viajes de estudiantes extranjeros a Córdoba y alojándolos con familias. La situación económica la obligó a alquilar espacios dentro de este recinto y hoy tiene varios inquilinos que, además de su marido, habitan Empedrada 8. «Es una auténtica casa de vecinos y de familias», dice francamente contenta.

A la hora de comer ayer, Antonio Romero, cocinero y amigo, estaba preparando en el patio una caldereta extremeña que era compartida por varios amigos y habitantes de la casa. «Lo cierto es que vivimos en una comunidad de vecinos y estamos muy contentos», afirma.

Fue el alcalde, José María Bellido, quien el pasado jueves en la presentación de la Guía de los Patios de Diario CÓRDOBA dijo que el primer patio premiado en la ciudad de Córdoba existía todavía, en Empedrada 8. Certeza absoluta de que el recinto actual sea el premiado en 1921 no la hay, pero sí sería posible. Tras pasar un portón de madera de doble hoja, se entra en una arquitectura y un modo de vida que es la esencia de los patios.