Diario Córdoba

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entre líneas

Juan M. Niza *

De estar de fiesta y llegar tarde

Andalucía es una comunidad autónoma tan enorme y poblada que no tiene una única fiesta popular

Casi me atrevería a asegurar que una de las razones inconfesables de la elección del día 19 de junio para los comicios autonómicos ha sido su coincidencia con el grueso de las fiestas de Andalucía, incluido el Carnaval de Cádiz, que este año por la pandemia también caerá en precampaña y campaña electoral, como las ferias de Sevilla, Jerez y la del Corpus en Granada, El Rocío y, en Córdoba, Cruces, Patios y también Feria. Solo se quedarán este año fuera del calendario lúdico-electoral las Fiestas Colombinas (finales de julio y principios de agosto) y las ferias de Málaga (primera quincena de agosto), Almería (segunda quincena de ese mes) y la de San Lucas, en Jaén (octubre).

¿Y por qué digo que no se trata de una casualidad? Pues porque mientras más fotos se echen los candidatos de caseta en caseta y de patio en patio, menos sitio para el debate queda, que es algo muy cansado y no interesa cuando se quiere dar todo el pescado por vendido.

Otra cosa es que este tipo de precampaña y campaña electoral, que es a la que siempre queda abocada Andalucía cuando se trata de elecciones municipales por su coincidencia con el mes de mayo, no hace otra más que reforzar esa imagen de juerga perpetua en una reserva natural de la España de charanga y pandereta, aunque tan bien nos venga para atraer al turismo. Lo digo porque ya he leído unos tres artículos de opinión de medios con su sede fuera de Andalucía sacando conclusiones políticas de este desparrame de candidatos de todos los partidos con un fondo de jarana detrás.

Pero, ¡qué le vamos a hacer en Andalucía! Es una comunidad autónoma tan enorme y poblada que no tiene una única fiesta popular. Si Navarra, por ejemplo, tuviera la extensión y demografía que Andalucía, estaría de encierros medio año. Qué quieren que hagamos si, además, celebramos las fiestas de primavera... en primavera, época tan propicia para terminar con elecciones porque luego toda la maquinaria de los partidos, cargos electos incluidos, pueden empalmar su descanso con las vacaciones de verano.

Pero nada. Parece ser que Juanma Moreno visitando las Cruces y los Patios en Córdoba, que Teresa Rodríguez y Kichi ‘abriendo’ la temporada de baño en las playas gaditanas o que Macarena Olona en la Maestranza y de casetas en Sevilla tengan una lectura política y sociológica de Andalucía para muchos analistas del resto de España. ¿O es que creen que los tópicos sobre los andaluces se han olvidado, ya sea por la derecha o por la izquierda? No hace mucho que me dijeron, en un viaje por encima de Despeñaperros, que «no parecía andaluz» al no seguir una broma. Como si el lugar de nacimiento de cualquier persona en cualquier sitio del mundo le impidiera a uno estar preocupado, serio, alegre y contento o con toda la ‘malafollá’ del mundo cuándo, cómo y con quién quiera.

Total, que nos queda una precampaña de muchos ‘canutazos’ breves a los medios, sin mucha reflexión, entre caseta y caseta y poquito debate al final de la campaña electoral en estudios de TV fresquitos con aire acondicionado. Salvo con el asunto de la desunión de formaciones de izquierda por llegar tarde Podemos a registrarse. Eso sí que ha sido una ‘feria’ en sí misma. Pero no será un servidor, que lucha constantemente contra el vicio de la impuntualidad, el que le reproche a la formación política que llegase tarde a formalizar su candidatura conjunta. Aunque por experiencia propia siempre he constatado que cuando uno llega tarde, en la siguiente vez le suelen hacer esperar. Lo mismo el 19J su electorado pasa a votar dos o tres minutos después de que hayan cerrado las urnas.

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