Miren en la cartelera de los cines de su ciudad. Si no la tienen, sabotéennos un poco a las artistas y busquénla en internet en las distintas plataformas -o a lo pirata si hace falta- porque todas necesitamos un buen chute de ‘Love gets a room’ (2021), su título original. En estos momentos en los que nuestro ánimo necesita una buena remontada, esta coproducción de Reino Unido y España dirigida y con guion de Rodrigo Cortés puede ser el antídoto, porque pocas obras de arte dejan tan claro qué pocas cosas importan en la vida.

Que el hecho de incluir la palabra amor en su título no espante a las descreídas de las películas de románticas ni de los melodramas, porque esta no es una más de ellas. De hecho, el filme nos sitúa ante hechos reales: en el frío enero de 1942, 400.000 judíos sobreviven como pueden de los nazis en el gueto de Varsovia tras más de un año confinados mientras la vida sigue al otro lado. Dentro, todo es cuestión de resistir o morir y salvarse del siguiente control nazi. Pero la vida se abre paso en el teatro Femina, donde un grupo de actores judíos interpretan una comedia musical para abstraer a la población de su dura realidad y sacarle unas risas, emocionarlos, cuando su realidad no puede ser más extrema ni pender de un hilo más fino.

Con un ritmo trepidante, que enloquece, se enlentece, deja espacio para un número músical, después más drama, risas, lágrimas..., la película mantiene en tensión (en el buen sentido) a las espectadoras en todo momento. No podía haber merecido más la pena que me sentara en la butaca pese a mi ansiedad social post covid. Y es que nos lleva al límite y nos hace reír y puede que nos arrebate unas lágrimas. Bella, bellísima, dolorosamente bella y significativa, nos devuelve al centro de la existencia, de las pocas cosas que, en realidad, importan.

¿Adivinan cuáles? Es muy sencillo. El poema ‘Al cabo’ de Amalia Bautista ya lo expone: «(...) poder querer a alguien, que nos quieran / y no morir después que nuestros hijos». Isabel Bono (y yo misma) precisaría -siempre ella tan inteligente y aguda-: «Se nos olvida todo el tiempo que estamos vivos.» Y, en este momento, no es tarea fácil nada de todo ello. Simplifiquen, simplificad. Y salid a disfrutar del sábado por la mañana, si es posible, cogidas de la mano de alguien. Y besénse. Tenemos que besarnos más.

*Escritora y periodista