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COLABORACIÓN

Ricardo Crespo

Un aniversario para olvidar

Este año se cumple el centenario del llamado Desastre de Annual. Es decir, de la estrepitosa derrota que nuestro ejército sufrió durante el Protectorado de la zona del Rif, que fue lo que le tocó a España del reparto colonial de África por las potencias europeas en los Acuerdos de Algeciras y Fez. En un reciente documental se denuncia el poco lugar que ocupa en nuestra historiografía esta guerra en Marruecos que transcurrió desde 1906 a 1925. Yo creo que hay la suficiente bibliografía para alcanzar un aceptable grado de conocimiento (Vicente Moga Romero prepara una reedición del ‘Informe Picasso’ con documentación inédita) y, en todo caso, no deja de ser curioso que en su día fue noticia que saturaba las estafetas de todo el mundo. Según se lee en el desaparecido ‘El Telegrama del Rif’ «en 1902 la rebeldía de El Rogui en lucha con el Sultán y los decididos propósitos de nuestros amigos los franceses de intervenir en el Imperio Xerifiano y, de otra parte, el desarrollo de Melilla... impulsaron a fundar este diario... Provocamos movimientos de opinión, movilizamos a la opinión pública para la ocupación de Restinga y Cabo de Aguas y evitar así la pérdida de la factoría de la Mar Chica...». En ‘De la universidad al cuartel’, uno de los artículos publicados en 1924 en este mismo diario melillense por Ramón J. Sender, a la sazón soldado de cuota en esa guerra, hablan de «esos sargentos, héroes de la reconquista que tiene a su favor bellos episodios relatados en recortes de periódicos». En la primera edición de ’Imán’ en 1930, nos dice que la veracidad de su protagonista Viance «se puede comprobar en la mayor parte de obreros y campesinos que fueron allá sin ideas propias, obedeciendo a un impulso lejano y admirando a los héroes que salen retratados en los periódicos». ‘Imán’ es una de las mejores novelas antibelicistas del siglo XX, y en la novela ‘Crónica del Alba’, el autor aragonés bromea con las ideas a priori que Julián Besteiro enseñaba en clases a las que asistió el joven Sender. A posteriori la realidad era muy diferente. No el heroísmo de los sargentos, sino la realidad de la guerra. El Rogui era rifeño. Y el Rif era (y es) bereber y un ‘Bledes-Siba’, es decir, un territorio de difícil control por el Majzén o poder central. Cuando el Rogui fue destituido por las mismas cabilas rifeñas por corrupción, la lucha contra las fuerzas ocupantes las lideró Abd-el-Krin con un doble propósito: expulsar a los españoles e independizarse de Marruecos creando la República del Rif. Bajo Abd-el-Krim ocurrió lo de Annual y la derrota de la sublevación solo fue posible tras el desembarco de la Bahía de Alhucemas en 1925 y la ayuda de los franceses, que ocupaban el resto de Marruecos. Cuando la descolonización de Marruecos en 1956, el Rif volvió a sublevarse y el rey alauita se encargó de sofocarla. El Rif es su talón de Aquiles y una de nuestras noches militares más oscuras. Se entiende que en ambos países se trate de pasar página.

 ** Comentarista político

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