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‘Cuñao’ y república

No le conocíamos a Pablo Iglesias el don de la adivinación. Era claro que ese don tenía que pasar desapercibido entre sus muchísimas virtudes, el bosque no nos dejaba ver el árbol. Anuncia Pablo -perdón, don Pablo, que el otro día se enfadó porque no le escuchaban ni le trataban con debidamente en razón de su cargo- que en Nochebuena todas las familias nos pondremos a hablar de la república en cuantito el Rey termine su discurso-felicitación de Navidad. Lo ha clavao. Me lo ha quitado de la punta de la lengua, yo estaba seguro que es de eso de lo que nos vamos a poner a hablar los tres, cuatro, cinco, etc. (según convivientes) reunidos en cada casa y en cada familia. La república se va a imponer sobre otros asuntos más triviales, por ejemplo la salud y el trabajo de los que puedan reunirse, sobre las comunicaciones, las escapadas suspendidas, la vacuna, la situación de las residencias (que dependen de don Pablo porque él así lo exigió), el horror de las imágenes de los hospitales, el riesgo que corre el personal sanitario y el de los centros educativos; en fin, de cosas banales. Es clarividente don Pablo cuando sabe a ciencia cierta que no hablaremos de las aglomeraciones, de los supermercados, de los sueldos, de los ERTE, de los que se han ido al paro o a la emigración, del incomprensible concierto multitudinario de Raphael, de la mano en situación no natural de Ramos, de que la abuela no va a saber manejar el whatsapp, e incluso del Nacimiento de Jesús, que se supone es el celebrante; o sea, de eso que a nadie le importa en Nochebuena, como bien sabe don Pablo. Nos adelanta él que en Nochebuena no echaremos bilis por la boca cuando hablemos de que se cargan la educación especial, del regalo de las titulaciones educativas, de que el español ya no sea la lengua que todos tengamos el derecho a conocer y el deber de usar, ni de la eutanasia o los cuidados paliativos, ni de que Barajas hasta hace poco estaba abierto, ni de los vuelos procedentes de Inglaterra. No, don Pablo se ha instituido en nuestro cuñao, el cuñao nacional, el que marca el que será el tema más importante y único en Nochebuena: la república.

* Escritor

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