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Tribuna abierta

Clara Gregorio Rey

Un «poner»

Supongamos que gobernara la derecha.

Supongamos que la izquierda propone la implantación del pin parental.

Supongamos que la derecha se niega rotundamente a la implantación del pin parental.

¿Cuánto tardaríamos en tachar de dictatorial y totalitarista a ese gobierno de derechas? Ni medio segundo, mucho más teniendo en cuenta que históricamente tenemos asociada la dictadura con la derecha en este país, aunque dictaduras en el mundo y a lo largo de la historia las ha habido y existen tanto de derechas como de izquierdas.

Según las ideas preconcebidas que tenemos sobre la derecha, lo esperable por parte de esta, hubiera sido que exigiera excluir ciertas actividades o «charlas» extracurriculares del sistema educativo, pero no ha sido así, sino que lo que solicita es que los padres o tutores legales de los menores sean informados del contenido de esas actividades y poder elegir si considera conveniente que los menores asistan a ellas o no.

Argumentar que privar a los menores a dichas actividades o charlas, sea debido a que los padres o tutores legales sean machistas, homófobos o xenófobos, me parece una visión muy sesgada desde una ideología política muy concreta, que es incapaz de respetar que simplemente hay visiones o enfoques distintos sobre ciertos temas muy delicados y personales, como puede ser la sexualidad y que por ser distintos no implica que tengan que ser nada de eso.

No respetar pensamientos o ideologías distintas, es creer que uno es poseedor de la verdad absoluta y les aseguro que ninguna ideología ni ninguna persona, por más votos o seguidores que tenga, es dueño de la misma.

Todos sabemos o deberíamos saber lo que implica imponer ciertas creencias sin respetar, vetar o tratar de eliminar a quienes no la comparten y si alguien aún no sabe de lo que estoy hablando, esa es la madre de todas las guerras y conflictos.

Fue eso lo que desató nuestra guerra civil hace más de ochenta años y parece que no hayamos aprendido nada y nos empeñemos en caer en el mismo error. Lo del pin parental me parece una propuesta muy democrática, respetuosa y justa y no porque lo haya propuesto la derecha, de hecho me asombra que haya sido esta la que lo haya propuesto y no la izquierda.

Hoy en día no dejo de sorprenderme cada vez que escucho las noticias, cuando se nos informa de propuestas políticas, tanto de los que gobiernan como los de la oposición, pues la izquierda propone algunas cosas que correspondieran más con una ideología de derechas, totalitaria y censora y la derecha propone algunas otras cosas que correspondieran con una ideología más de izquierda, abierta, igualitaria y no excluyente.

Ver como se tildan de fascistas o progres los unos a los otros respecto a ciertas cuestiones me parece de una necedad y ceguera absoluta.

Es lo que tienen todas las ideologías políticas, que ciegan e incapacitan ver más allá de la doctrina, nublan la razón y la lógica y se imponen al pensamiento crítico.

Un «poner»: supongamos que los políticos dejaran a un lado sus ideologías y pensaran por sí mismos, desde la razón, la lógica y tolerancia por el que piensa distinto.

En ese caso, verían razonable lo de la implantación del pin parental, indiferentemente de que lo propusiera la derecha o la izquierda. Lo que pasa que lo que prima es oponerse a lo que venga del otro lado, por más que sea algo que fomenta el respeto por la libertad de pensamiento, ideas, valores y principios de los españolitos de todos los colores.

* Escritora y consultora de inteligencia emocional. Autora de ‘Jodidas, pero contentas’

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