Para todos los millones de personas que somos unos estudiosos del genio más grande que ha dado y dará la humanidad, Leonardo da Vinci, este representa un gran enigma. Y lo representa porque, entre otras, de él prácticamente no conocemos nada, lo que me lleva a preguntarme, ¿realmente qué conocemos de Leonardo?. De lo poco que se ha podido saber sobre este personaje es que era un sibarita, bien parecido, le gustaba la buena vida, rechazaba cualquier contacto físico con las personas (lo cual desmiente, como se ha llegado a afirmar en ocasiones, su condición de homosexual) y le gustaba vestir bien.

Leonardo físicamente era un portento de la naturaleza, tenía una fuerza extraordinaria, y era capaz de saltar la grupa de un caballo, con las dos piernas juntas. Todos los que somos estudiosos de esta mente tan brillante sabemos que cada 4 horas dormía una siesta de 15 minutos, prácticamente no dormía. El creador del cuadro más famoso que existe (y que ni tan siquiera terminó) es, sin lugar a dudas, el personaje de la historia que más incógnitas despierta entre los que estudiamos a este personaje, sin ningún género de dudas, único.

La mente de Leonardo no tenía limites, todos los temas que tocaba los dominaba; nos encontramos ante la obra cumbre de la naturaleza humana. Sabemos algo de su obra, por lo que nos ha llegado; sin embargo, Leonardo realizó muchísimos más trabajos que no conocemos y los cuales, por desgracia, han desaparecido.

A mí no hay quien me quite de la cabeza que la obra cumbre de Leonardo no fue la Mona Lisa, sino la Sábana Santa de Turín, ya que el rostro que aparece en la misma coincide perfectamente en proporciones con el autorretrato que existe de Leonardo, ya anciano.

Sea como fuere, Leonardo tuvo a lo largo de su vida pleno conocimiento de que era un genio, fue una persona atormentada por no poder demostrar a sus contemporáneos lo que su mente era capaz de hacer. En cierto modo Leonardo, que se adelantó a su tiempo varios siglos, se vengó de nosotros. Él era plenamente consciente de que su obra iba a ser estudiada al milímetro, como así ha sido. Pero Leonardo era mucho Leonardo, y por eso es, con diferencia, el ser de la historia más misterioso y que más incógnitas y pasiones despierta. Y es que de él solamente sabemos lo que quiso que realmente supiéramos.