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Dame fuego

David Márquez

Cybercristo

Leo en un diario la reciente «ponencia», invitado por Sur y BBVA OpenMind (nunca peor dicho) del sr. Kevin Warwick, al parecer conocidísimo investigador que trata de inyectarnos la superflua idea de su «mundo feliz»: pensamiento único obsoleto provinciano globalizado consumista versión tecnológica. Quizir: ¿no estamos en limitar los plásticos? Ay, pero cuidado, que no me toquen la electricidad, el plomo, el cobre y el coltán y el aluminio. Lo peor de todo, lo que menos me gusta es cuando afirma este hombre que la tecnología «cambiará nuestras vidas», como si la Humanidad lo fuese a tener «más fácil». Gracias a ti, ¿verdad, listo? ¿Y cómo lo demuestras? Pues te implantas un microchip y controlas la luz de casa y el coche. ¿Y? Cataloguemos entonces el hecho de encender y apagar la luz como «pasatiempo» o «hobby». Ahora sí, a la orden, podemos levantar el culo y caminar hasta el interruptor. «Podrás controlar el coche a distancia». Y resulta que ya ha pasado la hora de «caminar» como ejercicio disciplinado, poligonero crepuscular, así que, en vez de usar tus bonitas piernas para trasladarte a la oficina, llamas a tu precioso cochecito mediante los impulsos nerviosos de tu pequeño cerebro, siempre conectado chip online: y esto es pro-gre-so. Pero dime ¿qué ocurre si evoluciono y, desafiando tu Concordato, dejo de necesitar coche, luces, cerrojos?

Todo científico puro es paleto, Universal, si se quiere. Y dime, tú, Cybercristo mío, ¿qué harás con los eternos pecados de adicciones, envidias, manipulación, mentira, con tus imbéciles inútiles pedigüeños? ¿O me vas a decir que tu Cyber Religión, tu Neo Cyber Cristianismo (sojuzgarás la naturaleza, los objetos, las neuronas en pos del Control Total) dejará al descubierto cualquier pensamiento «malo»? ¿Por qué os llaman investigadores cuando quieren decir mercachifles? Sigue vendiendo chips a tus vecinas, hala.

* Escritor

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