A raíz de los últimos comicios andaluces y de las últimas encuestas electorales recientes publicadas en los medios, el espectro de la izquierda se desinfla. Pero no pierde fuelle aquella izquierda que lideró la Transición española. No. La de ahora. Que no es la misma. La diferencia fundamental entre una y otra, pues merece la pena preguntársela, es que aquella cambió los estereotipos sociales y políticos por ideologías positivas, y esta ha hecho justo lo contrario, esto es, volver a los estereotipos y olvidarse de la ideología y el compromiso con ésta que dio como resultado la ya mencionada Transición y, por supuesto, nuestra Constitución. Pero, claro, es más fácil manipular con los estereotipos. O no. Sobre todo porque los españoles comenzamos a no creérnoslos en primer lugar porque muchos de ellos no existen y los inventados o los rescatados de la noche de los tiempos están demostrando dos circunstancias claras: ir en contra de la Constitución y de la monarquía parlamentaria. Dicho de otra manera, atentar contra los valores democráticos y constitucionales que prácticamente todos los españoles tienen. Pero aún a pesar de esta contundente realidad, algunos todavía quieren seguir interpretando que los últimos resultados de las elecciones andaluzas y los de las últimas encuestas electorales lo que quieren expresar es que viene la derecha y la extrema derecha. Por decirlo de otro modo, sigue con lo de los estereotipos simples y maniqueos. Lo fácil, lo realista y lo que la mayoría de los españoles entendemos e interpretamos es que lo que se está expresando es un sentimiento constitucionalista. O sea, volver a los valores de la Transición, la Constitución y las ideologías positivas, ya sean de izquierdas o de derechas, pero que sean las que realmente nos dieron la democracia que hoy algunos intentan menoscabar.

* Mediador y coach