Síguenos en redes sociales:

Para ti, para mí

Antonio Gil

Amores de verano

Llega la época veraniega, un largo período de descanso, sobre todo, para los más jóvenes, los que abren un paréntesis vacacional en sus estudios. Y en verano, muchos adolescentes descubren el amor, acaso porque las oportunidades son más propicias: los adolescentes salen más, se hallan en más situaciones festivas y relajadas que durante el curso escolar, conocen a otros chicos y chicas, y las relaciones reales superan a las virtuales. Un verano, con piscina, playa, excursiones, salidas, campamentos, deporte, fiestas, visitas, es propicio para tocar la realidad, y nada hay tan real como ese primer enamoramiento o ese amor estival. Y son los padres los que han de estar atentos e incluso preparar a los hijos para esos «amores de verano», que suelen acabar rompiendo el corazón. ¿Cómo? En primer lugar, hablando mucho con ellos sobre lo que sienten, verbalizarlo y analizarlo; enseñarles a discernir entre sentimientos positivos y negativos, entre los que les ayudan y los que les limitan. En segundo lugar, no tomarnos a broma sus sentimientos, pero tampoco hacer un drama. No quitarle importancia, porque para él o ella la tiene, y mucha, pero tampoco magnificar la situación. Hablar del tema cuando lo necesiten los hijos, pero no volver una y otra vez sobre lo mismo. Dejarles llorar, si tienen que llorar, y que expresen lo que sienten. En tercer lugar, ponernos en su lugar. Les puede resultar muy reconfortante que les contemos que a nosotros nos pasó lo mismo y que les expliquemos nuestra experiencia. Nosotros tambien tuvimos su edad. Por último, ante el desamor, darles mucho cariño y comprensión, y transmitirles optimismo: la persona que le quiera de verdad, llegará; reforzar su autoestima y animarles a superar los pensamientos victimistas. No todos los «amores de verano» son efímeros; hay excepciones: amores que hacen que sea verano todo el año.

* Sacerdote y periodista

Pulsa para ver más contenido para ti