En esas estamos, en intentar conciliar la realidad con la "idea". Aprieta el acelerador la campaña electoral en Andalucía y en cada mitin, los candidatos se esfuerzan por presentarnos la

"idea", es decir, la teoría, la utopía, los nuevos horizontes. Pero, claro, después, hay que mirar la "realidad" que nos ofrece paisajes desoladores: paro, delincuencia, violencias, carencias insostenibles, corrupciones que no cesan. Me viene a la memoria aquel principio enunciado por el Papa Francisco en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium : "La realidad es superior a la idea". Y entonces, como hizo él en el Encuentro con los jóvenes en la Universidad de Santo Tomás, en Manila, donde movido por las palabras de bienvenida de tres jóvenes, dejó de lado su discurso y respondió a la necesidad que se le presentó, también nosotros quizás tengamos que dejar a un lado las "ideas", viejas o nuevas, y afrontar la realidad que nos interpela. Fue allí donde dijo también que hoy estamos hiper-informados, pero corremos el peligro de vivir acumulando información, convirtiéndonos en "jóvenes museos", que tienen de todo, pero no saben qué hacer. Y fue allí donde el Papa Francisco se atrevió a señalar cuál es la materia más importante que se tiene que aprender en la Universidad: "Aprender a amar. El verdadero amor es amar y dejarme amar. Es más difícil dejarse amar que amar. Por eso es tan difícil llegar al amor perfecto de Dios, porque podemos amarlo, pero lo importante es dejarnos amar por él. El verdadero amor es abrirse a ese amor que está primero y que nos provoca una sorpresa". Es verdad que las grandes "ideas" abren grandes caminos, pero, cuando se cruza ante nosotros una "realidad" cruda y crujiente, hay que "dejar los papeles a un lado" y volcarse en esa realidad que reclama nuestra atención. "La realidad es superior a la idea". No podemos olvidarlo, siguiendo nuestro discurso.

* Sacerdote y periodista