Durante toda esta semana y hasta el domingo que viene Córdoba celebra su Feria del Libro en el Bulevar del Gran Capitán, una oportunidad que cada año se nos ofrece a todos los ciudadanos de potenciar el amor por los libros y por la lectura. Anda ahora en cuestionamiento la idea de si el libro sobrevivirá en papel o en formato digital. Aunque ello no debe significar problema porque la finalidad del libro no es su soporte, sino que sea leído y contribuya a la formación --y al placer-- de quienes lo tengan entre sus manos. Las personas que leen habitualmente tienen más facilidad para entender la complejidad del mundo que les rodea. Los libros juegan un papel clave en la formación de los seres humanos y es prioridad de todos estimular la lectura. Pero si anda en discusión la continuidad del libro-papel o la entronización definitiva del libro digital, lo que no anda en cuestionamiento es la idea de las ferias del libro. La de la presente edición en Córdoba --que alcanza el número de 40, según la narración del periodista Francisco Solano Márquez, Cuarenta ferias de libros libres: breve crónica de una pasión, la lectura -- da idea de que estos eventos, al menos en Córdoba, no están en crisis. Así lo atestigua una programación de altura que resalta que los libros siguen teniendo tirón. Habrá que analizar el respaldo de los ciudadanos menos lectores a estas convocatorias y la imaginación que en ellas pongan los libreros, que las necesitan, además, como modus vivendi. De todos modos, que sigan existiendo ferias del libro es una buena noticia.