Los chicos de la publicidad, algunas veces es que lo bordan. Se sacan palabrejas nuevas para vender mejor sus mensajes, o le dan un aire a las viejas que llaman la atención sorprendiendo con nuevos modismos.

Unase a esto la creación de un eslogan que supone todo un esfuerzo creativo porque es bien sabido que cuando una firma lanza un nuevo producto o lo modifica, lanza su campaña publicitaria, las demás marcas que promocionan productos similares salen a la palestra con campañas publicitarias que deben conseguir llamar la atención del posible cliente.

Ahora hay dos campañas en el mercado publicitario en las que se promocionan productos alimenticios pero con la originalidad de que no pregonan su sabor o calidad sino que resaltan el valor medicinal contra las dificultades del "tránsito intestinal" y colesterol. El primero (lo del tránsito intestinal) por lo menos hay que felicitar a la agencia publicitaria que ha presentado una desagradable función fisiológica con una expresión correcta y comprensible y la segunda: el colesterol, reforzado, con la imagen, en lo que representa como "agujeros negros".

Aquí choca sobremanera que cuando uno está esperando, tras la advertencia de la esposa o del amigo sobre lo que dice de que tomando estos productos alimentarios, bajará el citado colesterol, que, a su vez es el promotor de los "infartos de miocardio". Una de las marcas ha ido más lejos en los argumentos para convencer al posible cliente sobre lo beneficioso de su producto para el bienestar de la salud, advirtiéndole que sus efectos medicinales los producen cierto elemento, el cual no se prevé el que se sirva a la competencia.

Ya lo sabemos: si andamos mal con el tránsito intestinal, yogurt y otros productos similares.

* Publicista