En tiempos de crisis, ya se sabe, solidaridad. Pero también, buenas amistades. Gente a la que uno pueda acudir, a la que pedir consejo o ayuda. Gente a la que sintamos cercana, que atiendan y entiendan nuestros problemas, que sepan buscar salida a nuestras necesidades. No es fácil encontrarla. Acaso porque la amistad sea uno de los hallazgos más difíciles, porque, ciertamente, es algo que se busca, que puede encontrarse o no, pero que, después, hay que ir edificando. En una escala de la amistad tenemos al amigo íntimo, al amigo fuerte, al amigo, al conocido, al que saludas por la calle, al enemigo suave, al enemigo fuerte, al enemigo a muerte, al enemigo siempre. El psiquiatra Enrique Rojas ha dedicado su último libro a la amistad: Amigos. Adiós a la soledad . Es una gozada adentrarse en sus páginas, en las que va ofreciendo, no solo los entresijos de la amistad sino los problemas, las relaciones y una serie de casos prácticos que retratan la actualidad. Casi al final de la obra, se nos ofrece un Decálogo de la amistad , del que entresaco algunas de sus notas más salientes. 1. La amistad es parte de la búsqueda del sentido de la vida. Es un ladrillo más de ese edificio que es nuestra existencia y que vamos construyendo en el día a día. 2. La amistad es un sentimiento de atracción que presenta tres rasgos esenciales: afinidad, donación y confidencia. 3. La amistad se inicia a través de una simpatía y estimación recíprocas. Es confianza y tranquilidad; sintonía recíproca de alegría y contento de estar y compartir. 4. La amistad es una forma de amor sin sexualidad. Lo humano y lo divino se ven en el horizonte, se juntan y se alimentan recíprocamente. 5. El arte de hacer amigos se da en las personas muy comunicativas, que tienen una especial curiosidad por conocer gente nueva. Requiere siempre una actitud abierta y receptiva. 6. No son fáciles las amistades íntimas: hace falta estar en la misma sintonía; tener una filosofía de vida relativamente parecida; albergar razones parecidas para vivir y morir; disfrutar de una madurez aproximada. 7. Hay dos soledades: la positiva y la negativa. La positiva es sana, nos hace conocernos mejor y nos ayuda a encontrarnos con nosotros mismos. La soledad sonora de la que nos hablaba san Juan de la Cruz . La negativa es insana y significa aislamiento, no conocer gente, no poder hablar con nadie. 8. Si no se cuida y se cultiva, la amistad primero se enfría, después se aleja y puede terminar rompiéndose. 9. Para estar bien con alguien, hay que estar primero bien con uno mismo. 10. Existen también las enfermedades de la amistad. Una de las más frecuentes es la instrumentalización, utilizar a alguien.

* Periodista