Uno de los títulos de Su Santidad el Papa es el de "Siervo de los siervos de Dios", pero este mismo título se podría, y debería dar, con igual derecho a este grupo de mujeres que desde hace casi ciento cincuenta años tienen por principal objetivo de sus vidas servir al servicio doméstico: las Religiosas de María Inmaculada para el Servicio Doméstico. Fundada esta congregación por una joven muchacha de la alta sociedad madrileña en 1876: Vicenta María Lopez Vicuña , quien preguntaba a las primeras compañeras que quisieron acompañarla en esta aventura, y que hoy se siguen preguntando las más de mil mujeres que en todo el mundo han decidido seguir este ideal de vida: "¿Estáis dispuestas a padecer hasta morir, si es necesario, para ayudar, socorrer y cuidar a nuestras hermanas, las jóvenes empleadas de hogar, considerándoos mas dichosas en servir a estas trabajadoras del hogar que a los grandes, los ricos y poderosos, a los reyes y señores de este mundo?".

Hoy, precisamente, 19 de julio, hace cien años que llegaron a Córdoba las primeras cuatro Hermanas del Servicio Doméstico, como popularmente se les ha conocido siempre, ocupando una casa destartalada, que antes había sido una imprenta y escuela, en la calle José Rey, hoy calle Rey Heredia. Por cuatro días, las hermanas se dedicaron a limpiar y condicionar su nueva residencia, regresando por la noche al convento de las madres filipenses para dormir y por la mañana iban a misa a las carmelitas o la Encarnación. El 29 de septiembre de aquel mismo año, 1907, el señor obispo dijo la primera misa en el nuevo convento y el 1 de octubre se cantó un Te Deum en acción de gracias por la nueva fundación. Y ya a los cuatro días, las nuevas "cordobesas", sin perder un minuto, pusieron manos a la obra y empezaron a trabajar por las niñas y jóvenes cordobesas más desfavorecidas: primero abriendo una escuela dominical con una asistencia de 35 muchachas, y al día siguiente inaugurando una escuela nocturna para 64 jóvenes. En 1937, en plena guerra civil, se les obligó a abrir un colegio de niñas y muchachas huérfanas. Finalmente, después de innumerables dificultades, en 1959 el arquitecto Rafael de la Hoz inició las obras del nuevo convento y residencia "de la sierra", lo que hoy es la calle del Nogal, con su iglesia, con las hermosas vidrieras diseñadas por el conocido artista cordobés Antonio Povedano .

Han pasado cien años de trabajo callado, y no pocas veces desconocido, de estas hermanas, en favor de las empleadas de hogar y otras muchachas de ambientes humildes de Córdoba, y en las últimas estadísticas que hemos podido encontrar vemos que durante los cinco años que van de 2000 a 2005 las Hermanas del Servicio Doméstico atendieron en Córdoba a 3.402 muchachas y mujeres mayores, consiguiendo trabajo en el servicio doméstico y otras empresas para 1.139 de ellas. Estas cifras, para las seis casas que la congregación tiene en Andalucía, son de 31.793 mujeres atendidas y 5.664 colocaciones en distintos puestos de trabajo.

La Congregación de las Hermanas del Servicio Doméstico se creó para atender a las muchachas que, principalmente, llegaban de los pueblos cercanos a la ciudad en busca de trabajo. Hoy las muchachas que buscan trabajo en los hogares también vienen de los pueblos, pero no los pueblos de la sierra o la campiña cordobesa, sino de los pueblos de Perú, Colombia, Ecuador, Nicaragua, Rumanía y otros países latinoamericanos y del este de Europa, así como de Marruecos, y su situación laboral y personal hoy no es muy distinta a la de las empleadas de hogar del tiempo de Santa Vicenta María. Con una legislación que las discrimina de los otros trabajadores, y una sociedad que poco o nada valora este trabajo del hogar, son víctimas, con frecuencia, de la más injusta explotación. Se ha calculado que estas empleadas de hogar son casi un millón en España, la gran mayoría extranjeras, y muchas de ellas sin papeles, de las que solo unas 200.000 están dadas de alta a la Seguridad Social. Así, pues, no es de extrañar que el Parlamento Europeo, la única vez, que sepamos, que se ocupó de este colectivo pudo decir: "La demanda de mano de obra por parte de los hogares va en aumento y seguirá aumentando, sin embargo, se trata de una demanda que no se puede resolver fácilmente, pues nadie está dispuesto a pagar ese tipo de trabajo en el hogar a su coste real o, en otras palabras, a pagar esta mano de obra de forma satisfactoria".

* Profesor