Amancio Ortega se ha dejado ver este pasado fin de semana en su tierra gallega. Al fundador de Zara y del Grupo Inditex, el hombre que tiene garantizado un sitio en el podio de los más ricos del planeta, dependiendo de la semana del índice Forbes, se le ha visto alegre, repartiendo apretones de manos y abrazos. ¿Los motivos?

A saber. El primero que se le ocurre a un cronista es el orgullo y la satisfacción de un padre contemplando la alegría enamorada de su hija. El otro motivo, pura especulación, estar relamiéndose por los resultados de una encuesta reciente entre jóvenes españoles en la que una mayoría expresaba el deseo de ser de mayores «como Amancio Ortega». En los años 90, los jóvenes de entonces querían ser Mario Conde. Los tiempos cambian, Los sueños, las aspiraciones, no tanto.

Sea una u otra la razón, la competición hípica Saltos de Casas Novas, en Larín (La Coruña), ha permitido certificar que la historia de amor de Marta Ortega y Carlos Torreta avanza a un trote meloso, a punto para el salto y galopar.

ÁLBUM FAMILIAR / Las imágenes del finde componen un amable álbum: don Amancio charlando con su yerno, este besando a su pareja, gran amante de los caballos, el paseo del patriarca con su esposa, Flora Pérez, y el encuentro con el actual presidente de Inditex, Pablo Islas.

Cuentan las crónicas que Marta Ortega se ha integrado a fondo en la estructura de la empresa familiar y que por tanto se ha alejado de la competición hípica. Tal es así que sus caballos están actualmente en Holanda, al cuidado de su entrenador, Eric van der Vleuten. Según la revista Vanity Fair, la retirada es prácticamente un hecho. «Trabaja mucho, tiene un hijo y un novio en Madrid».