La empresa que explota el carbón en el Guadiato es Encasur --hoy perteneciente al grupo Endesa--, que fue creada en 1961 junto con Eneco. Esta última ha sido la responsable de gestionar la central térmica de Puente Nuevo hasta su compra primero por Endesa y luego por la italiana Enel. Con dichas empresas, el antiguo INI se hacía cargo del sector extractivo de la francesa SMMP, una vez que ésta avisó de su intención de abandonar la zona. Otras empresas, como Cavosa y luego Promotora de Minas de Carbón (PMC) han tenido una vida corta aunque interesante.

Hoy en día Encasur posee la conocida mina María, cuyo origen está en la rampa María, a 440 metros de aquélla. El pozo tiene una profundidad de 345 metros, de los cuales sólo se ha explotado hasta la cota de 270. Por su original existencia ha sido objeto de frecuentes visitas, como la del ex obispo de Córdoba Francisco Javier Martínez y el ex cónsul de Francia en Sevilla, Denis Nardin, entre otros.

En cuanto a las explotaciones a cielo abierto, Encasur mantiene la corta Cervantes oeste --con una treintena de trabajadores a dos turnos--, cercana a la población mellariense de El Porvenir y cuya viabilidad se estima entre cinco y siete años más. El sector al este de dicha corta ya se encuentra en periodo de restitución de terrenos con la creación de un gran lago que contará con una capacidad aproximada de un tercio de la de Sierra Boyera. La principal explotación al día de hoy es la de La Ballesta, en Espiel, con dos centenares de trabajadores y unas previsiones de viabilidad de unos diez años.

Los métodos extractivos en las minas de interior se han caracterizado en la cuenca de Peñarroya por el laboreo en niveles y la perforación de rampas y rampitas; el arranque de mineral se lograba con explosivos. Pero a primeros de los años noventa se implantó el sistema por sutiraje (en el pozo María) consistente en avanzar las galerías y posteriormente hacer pegas (explosiones) en los techos mediante barrenos o con descargas de aire comprimido a alta presión de hasta 800 kilos, según un sistema de origen húngaro. Luego, sólo hay que abrir unas vías en el techo de la galería y el mineral desmenuzado caerá por su peso.

En las cortas a cielo abierto el arranque se lleva a cabo mediante explosivos y también por ripado, que consiste en la utilización de tractores especiales dotados con un ripper o uña que escarba y remueve el terreno.