Todo quedó, afortunadamente, en un gran susto, pero pudo haber sido mucho más. Alrededor de 330 personas resultaron heridas al desplomarse una plataforma de madera en el puerto de Vigo (Pontevedra) en la medianoche del domingo. Cinco de ellas seguían graves en la tarde de ayer. El siniestro se produjo durante la actuación del rapero mallorquín Rels B (que era el último concierto del festival musical O Marisquiño), cuando la pasarela del puerto, de 30 metros de largo por 10 de ancho, cedió. La estructura, al parecer, no soportó el peso de las muchas personas allí concentradas. Tan solo días antes el PP de Vigo había advertido de que este lugar no estaba «en condiciones» para acoger el festival, pero el ayuntamiento lo autorizó.

En la medianoche de este domingo se produjeron escenas de pánico: algunos de los asistentes cayeron al agua, otros salieron automáticamente corriendo. La tensión generada dejó un panorama de numerosos efectos personales esparcidos por el suelo, en su mayor parte teléfonos móviles y bolsos. Un total de nueve personas tuvieron que ser ingresadas, informó la Xunta de Galicia. De estos nueve heridos, dos recibieron el alta durante la mañana de ayer lunes, según el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien visitó a las personas que permanecían ingresadas en el Hospital Álvaro Cunqueiro (HAC) por este accidente. En concreto, en este centro permanecían aún cuatro personas ingresadas, dos de ellas en la UCI. Además, se preveía que uno de estos heridos fuera trasladado a un centro hospitalario de Santiago. Por su parte, otras tres personas continúaban en el hospital de Povisa, también en Vigo. Según fuentes oficiales no se teme por la vida de ningún herido, aunque algunos «deberán pasar semanas en el hospital».

Para atender a los heridos se movilizaron cinco uvis, 12 ambulancias de soporte vital básico, 24 ambulancias de apoyo, tres de la Cruz Roja, dos equipos sanitarios del Punto de Atención Continuada (PAC), tres vehículos de apoyo logístico y un vehículo de Protección Civil. Además, en el lugar del accidente el 061 instaló un puesto de mando médico, un punto de triaje inicial y un puesto de carga de ambulancias, señaló la Consellería de Sanidade.

CRUCE DE ACUSACIONES / El Ayuntamiento de Vigo, cuya alcaldía está dirigida desde hace años por el socialista Abel Caballero, conocía el mal estado de la plataforma desplomada. Fue él quien autorizó que se celebrase este festival en un emplazamiento que, como mínimo, generaba dudas, tal y como apuntó el 7 de agosto la presidenta del PP de Vigo y portavoz del grupo municipal, Elena Muñoz Fonteriz. «Esta es semana de O Marisquiño, pero el lugar donde se celebra no está en condiciones. Maderas rotas, puntas al aire. El paseo de las Avenidas presenta una situación peligrosa. Esperemos por el bien de todos que no pase nada durante ni después del evento», manifestó Muñoz en Twitter.

El accidente, además, ha destapado un conflicto entre este ayuntamiento gallego y la Autoridad Portuaria. El presidente del puerto, Enrique López Veiga, aseguró ayer que la caída del pantalán debió de ser «por culpa de un fallo estructural y no por un problema de mantenimiento». La Autoridad Portuaria sostiene que, aunque el espacio es de titularidad portuaria, la autorización y la vigilancia de un evento de estas características corresponde al ayuntamiento.

Pero al alcalde de Vigo lanza pelotas fuera. Ayer mismo aseguró que el consistorio cumplió con todo lo que era de su responsabilidad. «Nosotros solicitamos al Puerto el plan de autoprotección y todo estaba correcto. El aforo de 4.500 personas que había fijado la organización no se sobrepasó», dijo Abel Caballero tras visitar a los heridos en el Hospital Álvaro Cunqueiro. Tendrán que ser los tribunales los que designen a los culpables de lo que pudo ser una enorme tragedia».