La advertencia que el cantante Stevie Wonder hacía a los conductores en aquella campaña de la Dirección General de Tráfico de mediados de los 80, "Si bebes, no conduzcas", quedó ayer obsoleta. El Gobierno aprobó el anteproyecto de reforma de la ley de tráfico y seguridad vial y uno de los cambios es el que afecta a los peatones, que en adelante podrán ser sancionados por alcoholemia o consumo de drogas si se les considera responsables de la infracción de una norma de circulación. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, precisó tras la reunión del consejo de ministros que bastará con que se considere que el peatón ha cometido la infracción para que se le hagan controles de saliva y sangre. Esta es una de las novedades. Otra es que las sanciones económicas por alcoholemia positiva o consumo de drogas se duplican, suben de 500 a 1.000 euros. La sanción también recaerá en los conductores y peatones que se nieguen a someterse a los controles. La tasa máxima permitida de alcohol se mantiene en 0,25 milígramos por litro en aire espirado. En el caso de las drogas, se castiga la presencia, sin niveles. La prueba se hará con saliva y la de contraste, mediante análisis de sangre.

SOLO MENORES Los menores de 18 años que vayan en bicicleta tendrán que circular con casco en todas las vías, es decir, en las ciudades también. La medida exime, por lo tanto, a los mayores de edad, que sí tienen que ponérselo en vías interurbanas. Ello supone una derrota en toda regla de la directora de la Dirección General de Tráfico, María Seguí, partidaria de que la medida de seguridad fuera obligatoria para todos los ciclistas y en todas las circunstancias. Y es un alivio para los colectivos de ciclistas, que temían que una imposición universal del casco supusiera una reducción del uso de la bicicleta, y el presumible perjuicio económico a la bicicleta pública, como el Bicing barcelonés y otros sistemas similares implantados en otras ciudades.

El Gobierno también modificó la regulación que afecta a cómo viajan los niños en coche, es decir, los sistemas de retención infantil. La idea principal es que se cambia de método y ya no se regula en función de la edad de los menores, sino de su estatura, que será la que determine si pueden ir o no en los asientos delanteros o traseros, algo que deberá precisar el Reglamento General de la Circulación. Se prevé que el límite a partir del cual no deban usar silla específica sea de 135 centímetros. El cambio está hecho para adaptarse a las disposiciones que va regulando la UE, según el Gobierno.

AVISAR SI HAY OBRAS Como medida de seguridad adicional, se obligará a quienes vayan a realizar obras en las vías de circulación que lo comuniquen a las autoridades encargadas de la regulación del tráfico.