¿Qué pasó a bordo del submarino de fabricación casera del inventor danés Peter Madsen cuando la periodista sueca Kim Wall subió a él para entrevistarle? ¿Cómo murió la reportera? ¿Pudo ser un accidente o es simplemente un crimen? ¿Quizá pudo estar precedido de una agresión sexual?

Son las preguntas que se hacen estos días los investigadores y muchos ciudadanos daneses y suecos cuando se ha confirmado que el cuerpo mutilado de una mujer hallado hace dos días en una playa al sur de Copenhague es el de la periodista desaparecida a mediados de mes, según confirmó ayer la policía danesa tras el resultado de las pruebas de ADN.

Wall había sido vista por última vez el 10 de agosto a bordo del submarino de fabricación casera del inventor danés Peter Madsen, a quien iba a entrevistar y el cual aseguró que la reportera murió en un accidente y que arrojó luego el cadáver al mar Báltico. El jefe de la investigación, Jens Møller Jensen, informó ayer de que las muestras de ADN del torso encontrado coinciden con las recogidas en un cepillo de Wall y con la sangre suya encontrada en la nave. «Parece que hay heridas en el torso que obedecen a un intento de sacar el aire y los gases para que el cuerpo no saliera a la superficie», reveló Jensen, que añadió que se ha encontrado un metal fijado al cuerpo, aparentemente con el mismo propósito.

La ausencia de cabeza y extremidades, que fueron cortadas de forma deliberada y que la policía sigue buscando en la costa danesa, ha hecho que la autopsia haya sido «muy larga y complicada».

Claro avance

Aunque el resultado de las pruebas de ADN supone un «claro avance» en el caso, falta el de varias pruebas técnicas, aclaró Jensen, que no quiso especular sobre las causas del supuesto accidente ni sobre si la fiscalía cambiará la acusación contra Madsen, en prisión preventiva por homicidio involuntario con circunstancias atenuantes.

La abogada del inventor, Betina Hald Engmark, calificó de «positivo» que se haya confirmado que el cuerpo es el de Wall, aunque aseguró que su cliente mantiene que fue un accidente, como consta en su declaración, rectificada tras afirmar inicialmente que había desembarcado a Wall, de 30 años, en el puerto de Copenhague.

El torso fue encontrado el lunes por la tarde en la isla de Amager (sur de la capital) por un ciclista, que dio el aviso a las autoridades.

La desaparición de Wall, de 30 años, fue denunciada por su novio la madrugada del viernes 11, horas después de que esta se subiera a bordo del submarino de casi 18 metros de largo y 40 toneladas. Madsen reapareció ese mismo día por la mañana en la bahía de Køge (sureste de la capital), donde fue rescatado por unos navegantes después de que la nave se hundiera tras sufrir supuestamente problemas técnicos.

La investigación policial confirmó luego que el hundimiento fue deliberado.