La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijo ayer en el Senado que ha trasladado a los responsables de Iberdrola, Endesa y Naturgy, propietarios de la central de nuclear Almaraz, que se pongan de acuerdo en las «decisiones concretas» en que «comparten intereses», todo ello de cara a programar el cierre de esta central, pieza clave del programa por fases que se está planteando para el apagón nuclear total antes del 2036.

Ribera, durante su intervención en comisión en el Senado, señaló que la reunión con los socios de la central nuclear respondía a una solicitud que le habían hecho desde esas empresas, interesadas en hablar sobre el futuro Plan Integrado de Energía y Clima (PIEC). La ministra señaló en este asunto que no se trata de ver «qué ocurre con cada pieza del puzzle» y que su mensaje fue «claro y directo» a las empresas, que actuaran de manera «sosegada y sensata» y que se pusieran de acuerdo en las «decisiones concretas» en que «comparten intereses».

Ribera señaló que la reunión, a la que acudieron los presidentes de Iberdrola y Naturgy, Ignacio Galán y Francisco Reynés, respectivamente, y el consejero delegado de Endesa, José Bogas, es una más de las que mantiene con agentes del sector y «no será la última conversación, ni con ellas ni con ningún otro actor».

Según indicaron fuentes conocedoras del encuentro a la agencia Efe, en esa reunión del lunes no se llegó a ningún acuerdo concreto sobre la central de Almaraz, cuya vida útil llega oficialmente a su fin pronto, pero sí hubo avances en cuestiones como la elaboración de un calendario para el cierre escalonado de las centrales nucleares, por el que ninguna se cerraría antes de 2025 ni ninguna más tarde de 2035 ó 2036, o introducir cambios para que las decisiones en las nucleares no tengan que ser aprobadas por unanimidad de sus propietarios.