Una madre ha sido condenada a dos meses de prisión y a la prohibición de aproximarse a su hijo de 10 años durante seis meses por haberle dado «un par de bofetadas» al niño cuando éste se negó a ducharse. El fallo de la Audiencia de Pontevedra confirma la sentencia emitida el pasado julio por el Juzgado de lo Penal número 4, que fue recurrida por la mujer alegando que su actuación «debe entenderse amparada dentro de su derecho de corrección”.

Los magistrados de la Audiencia, sin embargo, han ratificado que el comportamiento de la madre del menor es constitutivo de un delito de maltrato en el ámbito de violencia doméstica. Consideran probado que, en la noche del 20 de mayo de 2018, la mujer, que convivía con su hijo de 10 años, le pidió que se duchase.

El niño se negó y ambos empezaron una discusión verbal que la madre terminó «dándole un par de bofetadas al menor». Las bofetadas le causaron eritemas en ambas mejillas y el niño recibió atención médica justo después, si bien no necesitó tratamiento médico posterior.

Además, el tribunal recuerda que la patria potestad tiene como «límite infranqueable» la integridad física y moral de los hijos. «La reprensión ante una eventual desobediencia del menor nunca puede justificar el uso de la violencia que ejerció, ni admite, bajo ninguna óptica, considerar esa actuación orientada a su beneficio», recoge el fallo judicial.