El Reino Unido se saldrá de la Unión Europea (UE) el 31 de enero de este año y, además, no habrá vuelta atrás al publicar el pasado 19 de diciembre el reelegido primer ministro británico, Boris Johnson, una nueva ley que impide que haya nuevos aplazamientos para el brexit y que supone romper definitivamente los lazos con la UE. Todo apunta a que esa fecha supondrá la ruptura definitiva, aunque no todos los británicos estén de acuerdo. Como es el caso de los escoceses, que incluso han pedido que se haga una nueva consulta sobre si se independizan o no del Reino Unido, porque no están de acuerdo con el brexit o los irlandeses del norte que ven como de nuevo tendrán una aduana en su territorio.

Una aduana que controle el tráfico de las mercancías situada entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido es percibida como una amenaza a la pertenencia de Irlanda del Norte al conjunto del Reino Unido. Son numerosos los actores políticos y sociales que no quieren que se reestablezca una frontera entre las dos Irlandas. La mayor oposición se encuentra en el bando republicano, proirlandés. Para ellos, la frontera vulneraría los acuerdos de paz de Viernes Santo, firmados en el 1998, y que acabaron con 30 años de conflicto sangriento entre republicanos y unionistas.

Así la situación, la reina Isabel II pidió al flamante primer ministro británico cuando le encargó a mediados de este pasado mes de diciembre que formara gobierno que hiciera lo que hiciera no pusiera en peligro la unidad, valga la redundancia, del Reino Unido.

No solo son los escoceses y los irlandeses los que se muestran poco favorables al brexit ya que también hay muchas voces inglesas que se oponen a esta ruptura como lo demostró la manifestación multitudinaria en Londres del pasado 23 de marzo, cuando un millón de personas pidieron al Gobierno británico un nuevo referéndum sobre el brexit. La cifra, calculada por los organizadores (la plataforma cívica People’s Vote), fue la más elevada desde la protesta contra la guerra de Iraq en el 2003. La última concentración contra la salida de la UE, el pasado octubre, reunió a 700.000 personas.

El brexit va a tener también efectos negativos en la economía de Córdoba, ya que unas 120 empresas se encuentran expectantes ante lo que puede pasar tras la separación al exportar sus productos al Reino Unido por un valor de 94 millones. A esto hay que unir el volumen de importaciones procedentes del Reino Unido, que en el pasado año ascendieron a 82,2 millones.