El francés Michel Platini cerró el capítulo más negro de su etapa en el fútbol internacional, y que le ha obligado a permanecer apartado de él durante cuatro años, cuando parecía llamado a convertirse en presidente de la FIFA. La propia organización fue la que le dejó fuera dentro de la investigación interna a la que se vio forzada cuando se destaparon los casos de corrupción que expulsaron a muchos de sus dirigentes y los sentaron en un banquillo, entre ellos a Platini.