Los devotos de la Virgen de Luna despidieron el 9 de junio de la patrona de Pozoblanco, que volvió por unas horas a su santuario de La Jara, de donde al día siguiente la recogieron los vecinos de Villanueva de Córdoba.

A las siete menos cuarto de la mañana, como marca la tradición, la imagen de la Virgen salía de la iglesia de Santa Catalina en medio del ritual que cada año repiten los hermanos de la cofradía: descargas de escopeta que inundaban el ambiente de Pozoblanco de olor a pólvora. Antes de abandonar la plaza de la iglesia, la imagen entró en la capilla de Jesús Nazareno. Durante los días previos a la romería de llevada, cientos de pozoalbenses han participado en los actos de despedida de la Virgen.