El futuro era de Asia. Así lo visualizó Ridley Scott hace casi cuatro décadas. Porque la acción de Blade Runner discurre en Los Ángeles, en aquel futurible 2019. Pero los gigantescos anuncios de plasma, y el mercado de reproducción genética tenían un carácter orientalizante. Y aquel continente inquietante ha acaparado toda la atención en este arranque de año. Comencemos por la nota positiva: Una película coreana ha hecho historia en la Meca del Cine. Parásitos se ha alzado con el Óscar a la mejor película, un reto hasta ahora vetado a toda producción que no fuese anglófila. Es cierto que la diversidad ha ido llamando a las puertas de Hollywood en los últimos años, con el arrollador triunfo de directores mexicanos. Pero el peaje para su éxito era el marchamo de una producción norteamericana, como ya lo hizo Bertolucci con El último emperador. Lo que no logró la Nouvelle vague francesa lo ha conseguido una obra ambientada en Seúl.

La negativa, ya se sabe: Una epidemia que empieza a atemorizar al mundo. La heroicidad de un médico que quiso combatir el críptico comportamiento de las autoridades chinas ante esa indómita cepa de una enfermedad. La cuarentena recuerda el aislamiento de la literaria Orán de Albert Camus, cuando la peste dejó de ser medieval para convertirse en existencialista. Mientras los chinos celebraban el nuevo año de la rata, la trazabilidad de la transmisión está mirando al pangolín. El pangolín no está en la rotación de los doce animales que despidieron a Buda. Y eso que tiene las escamas de un dragón, pero también la tonta mansedumbre de un comedor de hormigas. Trump abre un tanto su mano en la guerra comercial con Pekín, pero los países untan con prejuicios sus fronteras para evitar la llegada del ángel exterminador. Barcelona se aferra a su Congreso de Móviles, y el coronavirus alienta la deserción.

No están locos los romanos, sino los chinos, acostumbrados a comerse todo lo que se ponga por delante. Esa voracidad no le hace ascos ni a los murciélagos ni a los cuernos de rinocerontes. Habría que enderezar la globalización empezando por esas otras costumbres, evitando hacerse una tisana con escamas de pangolín.

* Abogado