Cientos de familias repartidas por toda España, Europa y el extranjero, todas andaluzas, esperábamos impacientes que el señor Juanma Moreno compareciera. Todas conectadas con nuestros familiares esperando, preguntando si ya íbamos poder coger un tren o un avión «a casa», a la casa de nuestros padres, sobre todo. Y por fin un «sí» en medio de un año de mierda, traumático para todas, que dejará secuelas que aún no somos capaces de percibir. Al fin, decidió darnos un soplo de aire y esperanza.

Llevamos aguantando mucho aquí y allá, muchas distancias que duelen, mucha violencia y deshumanidad médica en los hospitales, muchas muertes y... Necesitábamos esto, aunque podamos comer bombones, polvorones de limón, conguitos, turrón Suchard o preparar salmón con nata en nuestros hogares, pero no es lo mismo.

Por suerte, habrá Nochebuena, cambiaremos este terrible 2020 por otra cifra (aunque sigamos no muy conscientes de que el tiempo avanza) y vendrán los Reyes Magos, especialmente para las más pequeñas que han montado su árbol de Navidad o su portal de Belén el pasado puente de diciembre, como suele ser tradición en la mayoría de las casas.

No puedo decir que yo tenga muchas ganas de Navidad o nada (he perdido a dos tíos y de mi infancia apenas quedan restos, además de todo el olvido como enferma crónica por parte del Sistema Sanitario que ha empeorado mi estado) pero sí quiero que pase ya el maldito 2020 y dar las gracias por cosas pequeñas pero enormes: mi primo Javi ha conseguido por fin su primer trabajo, he ganado amigas llenas de luz de esas que llegan para quedarse (Marisa, Fer, Vero y Mir, gracias), tengo el mejor compañero de vida del mundo y lo demuestra cada día, mi gata sigue pasando los días de dolor entre mis brazos en la cama, el Animal Crossing ha sido mi remedio contra la ansiedad y también un punto de unión con Hugo (mi primo más peque), ha habido una piscina de bolas en mi salón y no podría tener una familia política mejor. Quiero con locura a mis suegros y también a mi cuñada Victoria, de la que estoy orgullosísima, la matriarca de los Jurado nos ha propiciado cientos de tardes de bingo con muchas risas, mi prima Cristina ha escrito una pedazo de entrevista a Eleven, la tía Ana tiene una sensibilidad mayúscula y las peques cada vez están más frozenadas. Gracias. gracias por ser mi familia y por cada una de las videollamadas grupales.

* Escritora y periodista