El que fue presidente del Gobierno y del PP deleitó ayer a propios y extraños con el pregón que dio en las fiestas de la vendimia de Leiro, un pequeño municipio de Ourense donde el ahora registrador de la propiedad cantó las excelencias del vino, concretamente del Ribeiro. Rajoy, zorro viejo, reivindicó en su pregón los valores de la paciencia y la prudencia, y echó en falta que ambas cualidades no estuvieran «más presentes en las vidas de todos». Y para que quedara claro que no solo se refería al vino, aclaró que «por si acaso alguien cree que me refiero a alguien, tengo que decir que tiene razón». Un paso más allá del galleguismo que este político ha practicado. Aunque la pregunta sigue siendo la misma. ¿A quién se refiere?