En el entorno de una economía con grandes dificultades y escasos proyectos de desarrollo, brilla como una esperanza de futuro el esfuerzo de los grupos de trabajo de la Universidad que intentan que la investigación sea una enseña para Córdoba. Esta semana, mientras la injusta sombra del desprestigio se extendía por todo el sistema universitario español a cuenta de lo ocurrido en Madrid, dos hitos nos han dado la perspectiva para poner a Córdoba en el lugar que se merece, o, mejor, en el lugar al que puede aspirar si persiste en su empeño y encuentra los necesarios apoyos. Por una parte, los datos de la primera memoria de producción científica de la Universidad de Córdoba (UCO), que la coloca en primera posición de Andalucía por la repercusión mundial de sus publicaciones y el incremento superior al 38% en la colaboración internacional. Por otra, la feliz celebración del décimo aniversario del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic), fruto del trabajo conjunto de la UCO y el hospital Reina Sofía, y un auténtico hito para el desarrollo de la investigación, la innovación y el conocimiento en beneficio de la sanidad pública. El Imibic es uno de los 29 centros acreditados en España para la investigación sanitaria, y, en él se integran 42 grupos científicos. Su actual proyecto estrella es el robot quirúrgico.

Tanto la UCO, que ya financia un 30% de su presupuesto con fondos captados en el exterior, como el Imibic, que también es parte de la universidad y consigue contratos externos para muchas de sus líneas, marcan un camino que, a pesar de su interés, está lleno de trabas. Para empezar, las trabas administrativas, que retrasan la recepción de fondos públicos --y las limitaciones presupuestarias que impiden a algunos proyectos conseguir los medios que precisan-- o restan agilidad y continuidad al ritmo de los grupos. A ello debe sumarse una mejora de las evaluaciones de calidad, para que a más méritos se otorgue más financiación y un apoyo que se extienda tanto a la investigación básica como a la aplicada. Todo ello exige reformas legislativas que se hacen esperar. Por otra parte, como se puso en evidencia el viernes en el debate del Consejo Social de la UCO sobre la ley de menenazgo --cuya rápida aprobación también se reclama-- es preciso promover una mayor conexión entre las universidades y la sociedad, impulsar la cultura del mecenazgo y el compromiso de las empresas con las universidades, actualmente muy escaso en España, especialmente por parte de las grandes corporaciones. Aunque poco conocida por la sociedad, la investigación encierra las claves de un mejor futuro para esa ‘Córdoba, ciudad del conocimiento’ que se persigue y merece menos trabas y más apoyo público y privado.