El intelectual está desnudo

No hay nada que perjudique más a la imagen de un intelectual que los falsos intelectuales. Y, en muchas ocasiones, tomamos por intelectuales a auténticos farsantes porque hablan raro o por sus simplezas perogrullescas. Esto es triste porque si hay algo que determina y define la diferencia entre el ser humano y las demás criaturas, además de la risa, la avaricia y la violencia gratuita contra su especie (aparte de un millón de cosas más) es el intelecto, pero, por desgracia, no pocas veces es precisamente risa lo que consiguen provocar los que se pretenden a sí mismos como intelectuales. Mi preferido es Paulo Coelho, no lo niego. Sumergiéndose en sus frases ciertas o apócrifas no necesita uno ni series de televisión ni mítines de Pedro Sánchez o Carmen Calvo ni declaraciones de Quim Torra ni intervenciones de Podemos para pasar un buen rato. Bueno, reconozcamos que superar a Sánchez, Calvo o Echenique es realmente difícil, pero como no son intelectuales no sé a qué viene citarlos aquí, que ya nos vamos por los cerros de Úbeda y no vamos a hablar de la campaña electoral hasta que sea el momento. Bien, pues resulta que el jueves pasado me encuentro en las páginas de nuestro periódico con la frase de un tal Thomas Köner que me ha roto los esquemas que con tanto esfuerzo y paciencia había tejido en mi deshabitado interior Paulo Coelho a lo largo de duros años de internauta. Dice Köner sobre la banda sonora que ha compuesto para la película Film Expriencia nº1. Base teórica: Interactividad del espacio plástico (1957) realizada por el Equipo 57 (que ya manda huevos el título, como diría Federico Trillo): «Durante mi encuentro con imágenes que fueron grabadas y producidas hace sesenta años, reconozco el silencio del ángulo muerto en el que cada punto del pasado muta, y la invisibilidad dentro de la cual esos píxels desaparecen, no solamente porque son inaudibles sino porque solo pueden ser almacenados sin ojos, y sin el que mira». Supera a Rocío Jurado cuando era entrevistada, o a Alberto de Paz cuando se empeña en hablar entre tema y tema musical en sus conciertos. Como dijo el niño del cuento: El rey está desnudo.