E l querido compañero Francisco Solano Márquez ha iluminado literaria e históricamente el mayo cordobés con su nueva obra, Las cruces de mayo. Entre flores y copas, presentada en la Fundación Cajasol. En sus páginas, examina a fondo el certamen a lo largo de los años, desde aquel primer concurso en el año 1925, hasta nuestros días. Toda una singladura de fiesta, de apertura a la convivencia, no solo de las gentes sino de los pueblos, ensalzando la belleza patrimonial de nuestra ciudad, que ha acaparado la atención y ha multiplicado las visitas turísticas hasta cotas bien altas. Paco Solano se recrea en este patrimonio de las cruces en «gólgotas aromáticos», aportando datos precisos y preciosos destellos de lo que han representado las «cruces de mayo», a la par que va desgranando advertencias y sugerencias que han de tenerse en cuenta para que el concurso no se desvirtúe, ni se precipite por otros derroteros, que no sean los de la alegría, la convivencia y la belleza de la Cruz, signo primordial para los cristianos. A partir del siglo IV, la cruz se convirtió en símbolo para representar a Cristo y a su misterio salvífico. Con ocasión del sueño del emperador Constantino hacia el 312, y el descubrimiento de la verdadera cruz de Cristo en Jerusalén por la madre del emperador, santa Elena, se fue extendiendo por el mundo el signo de la cruz. Las primeras representaciones pictóricas o escultóricas ofrecen a un Cristo glorioso con larga túnica y corona real, signo del vencedor y del resucitado. Desde la espiritualidad de la Edad Media hasta hoy, se representa en estado de sufrimiento y dolor. La cruz es una verdadera cátedra desde la que Jesús de Nazaret predica a la humanidad el misterio salvífico. No es un símbolo vacío. Jesús no es una ideología, es una Persona. «¿Quién ha puesto flores a la cruz?», se preguntaba el poeta en unos versos apasionados y apasionantes. Y León Felipe, en su largo poema, exclama: «¡Nada se ha inventado sobre la tierra más grande que la cruz!». Por eso, estos días, Córdoba alza el telón de su mayo florido con la fiesta popular de la cruces, convirtiéndolas en «árboles de flores y manantiales de aromas».

* Sacerdote y periodista