Los felices 40 años de Constitución son un bien que debemos agradecer todos los españoles. Después de tanto tiempo disfrutando de estas normas, plantear una reforma constitucional no debe ser un ejercicio de frivolidad. Según tengo entendido, una reforma requiere una tramitación complicada: disolución de las Cortes, ratificación de la reforma aprobada y posterior convocatoria de un referéndum. Interpreto que sería un proceso largo y difícil de abordar con éxito. Sería un verdadero desafío estas reformas y posiblemente esta Constitución esté mostrando un cierto agotamiento, aunque personalmente yo la dejaría tal como está, tengo miedo de que se equivoquen en una simple tilde... Mejorarla simplemente sería cumplir a rajatabla con su contenido.