Un año más, el gobierno municipal ha mostrado poco interés por la Navidad cordobesa, con un alumbrado y una Cabalgata de Reyes de los que hemos sentido vergüenza ajena. Se han organizado un número importante de excursiones a Málaga e incluso a Puente Genil al objeto de contemplar sus alumbrados. La cabalgata y la Semana Santa son las dos celebraciones que convocan más personal en la calle, lo que supone un buen empujón económico tanto para la hostelería como para el comercio. Según la prensa local el presupuesto de este año ha sido incrementado con un 20%. Los cordobeses tan solo piden que la Navidad y la Cabalgata sean un reflejo de la categoría de esta ciudad y que contemplen, junto a las atracciones infantiles, los motivos reales del origen de esta celebración. Córdoba no se merece que un acto visto en toda Andalucía haya sido calificado de cutre y de mal gusto.