Absolutamente impotente para sacar adelante un acuerdo que permita a la Reino Unido salir de la Union Europea de forma ordenada, Theresa May se ha sacado un nuevo conejo de la chistera, al abrirse a la posibilidad de celebrar un nuevo referéndum sobre el 'brexit', una opción que también fue rechazada el pasado marzo por Westminster, cuando los diputados votaron una docena de alternativas al plan de la primera ministra.

La celebración de un nuevo referéndum debería pues ser aprobada por el Parlamento, lo que le resta posibilidades de salir adelante. Y el auténtico referéndum tendrá lugar mañana, cuando los electores británicos elijan a sus 73 representantes en el Parlamento Europeo de Estrasburgo, unos comicios a los que May nunca pensó que debería ir y que tuvo que convocar hace solo dos semanas ante la imposibilidad de ratificar a tiempo el acuerdo del 'brexit' pactado con la Unión Europea.

SUPERANDO AL UKIP

Como en la consulta del del 23 de junio del 2016, en la que un 51,9% de los británicos votaron a favor de salir de la UE, los británicos pretenden dejar claro con su voto su voluntad de quedarse o permanecer en la UE. Y según las proyecciones, el nuevo Partido del Brexit, del eurófobo Nigel Farage, parte como gran favorito, con el 34% de los votos, mejorando el 27% que obtuvo en el 2014, el UKIP.

Y los dos grandes partidos británicos, profundamente divididos sobre el 'brexit, sufren un fuerte retroceso. Según una encuesta, el Partido Conservador de Theresa May puede quedar relegado a cuarta o quinta fuerza en Estrasburgo con solo el 10% de los votos. El Partido Laborista también caería un 16%-21% de los votos.

El Partido Liberal Demócrata, el único que defiende sin ambigüedades la pertenencia a la UE sube hasta un 15% y la nueva formación Change UK, formado por exdiputados laboristas y conservadores favorables a seguir en el bloque comunitario, logra un 5%.