Una vez más, frustrado el regreso de Fernández a El Arcángel. Desde el Córdoba se habla de "falta de voluntad", mientras que desde Zaragoza se apunta a que la operación que se intentaba era compleja para empezarla tan tarde. Por partes.

El Córdoba llevaba tiempo en conversaciones con Fernández, cedido por el Zaragoza al Oviedo, con compra obligatoria en junio. Había disposición por parte del jugador y de la entidad blanquiverde. Solo faltaba el OK del Zaragoza y del presidente del Córdoba, que desde siempre se había mostrado contrario a hacer fichajes en invierno.

Cuando González decide ir adelante con el fichaje el mismo lunes, la maquinaria se pone en marcha con poco margen de maniobra. Fernández y el Córdoba llegaron pronto a un acuerdo. Quedaba que el jugador saliese del Zaragoza.

El conjunto maño le exigía que perdonase lo que le adeudaba, unos 75.000 euros, ya que su ficha anual ronda los 350.000. Según Carlos González, "a última hora se cambia el contrato del jugador con el Zaragoza, según la parte del jugador (este periódico ha intentado sin éxito confirmar esta versión). Eso hace que se frustre. El jugador había hecho un esfuerzo muy importante", ya que perdonaba los otros 75.000 euros del Oviedo, sin que haya trascendido la cuantía que estaba dispuesto a abonar el Córdoba.

Además, la operación de Eddy Silvestre pudo tener mucho que ver en este bloqueo de la situación del lateral cordobés, según informan desde El Arcángel, donde señalan que el club maño también pretendía al internacional por Azerbayán, con quien incluso tenían un preacuerdo. Una vez confirmado el fichaje de Eddy por el Córdoba, desde La Romareda se cambian las condiciones económicas de la rescisión y Fernández ya no sale. "Estaba todo acordado por todas las partes. A las 23.52 se cambió todo. Los borradores últimos diferían bastante con lo que habíamos hablado", dijo ayer González a Cope Asturias.

DESDE LA ROMAREDA

En cualquier caso, y según González "teníamos una lista de seis laterales derechos" en la que Fernández "era uno más". En los otros cinco casos, "sus clubs tampoco les dejaron salir".

Mientras, en el Zaragoza se lavan las manos en este asunto. "Hemos sido unos facilitadores", dijo ayer Narciso Juliá, director deportivo del club maño. "Nosotros nos pusimos a disposición de los dos clubs, había que romper el contrato de cesión con el Oviedo y hacer uno nuevo con el Córdoba", argumentó el directivo, quien achacó la operación fallida a "tantas bandas" y a que "todo arranca a las seis de la tarde...‡". Además, defendió que su club fue "impecable, en una cosa que ni nos iba ni nos venía. Estábamos en otras operaciones para nosotros, y nos daba igual que jugara en uno o en otro club".