El Peñarroya demostró con rotunda contundencia las diferencias que en la actualidad existen entre un equipo que navega a la deriva y otro que, por el contrario, marcha viento en popa y con una sola dirección que no es otra que conseguir el ascenso a Tercera División, un objetivo que si sigue en esta línea conseguirá con total seguridad.

El duelo provincial de la Primera Andaluza, que de antemano tenía unas diferencias claras a favor del equipo minero, entre las que se pueden mencionar a tan solo a modo de ejemplo el potencial de una plantilla y otra, pero que nadie podía esperar que el encuentro quedase visto para sentencia cuando ni tan siquiera se habían disputado los primeros quince minutos del partido. El Peñarroya, con los goles de uno de los mejores jugadores del partido, como fue el caso de David Carmona, realizó un inicio de partido muy positivo para los intereses de su equipo y con dos goles en un cuarto de hora capitaneó al cuadro peñarriblense.

Por ese momento, los montillanos ni tan siquiera se habían dado cuenta de que el partido estaba en juego y que, además, lo tenían ya muy cuesta arriba. Pero pese a todo ello y en una rotunda prueba de orgullo los montillanos iban a jugar sus mejores minutos, manteniendo a raya al Peñarroya, pero sin ninguna mordiente arriba y todo el peligro que podían generar los locales se debía a jugadas de estrategia o a acciones a balón parado. En ese juego, la fortaleza del Peñarroya era tremendamente superior y en una rápida jugada al filo del descanso, David Carmona iba a dejar aún más si cabe el encuentro sentenciado.

MONOLOGO La segunda mitad fue un calco de la primera parte, pero aun sería más triste para el Montilla, que lo único que deseaba era que acabase el encuentro cuanto antes mejor. Mientras, el Peñarroya, infinitamente superior, se bastó con la calidad individual de algunos de sus jugadores para seguir aumentando la renta a su favor y conseguir una victoria que le otorga prestigio al conjunto minero. La goleada lleva a los montillanos a su cruda realidad, ya que no están en un momento dulce tras muchos problemas.