El pasado miércoles hubo una reunión en El Arcángel para hablar de cantera, del primer equipo, de la trayectoria del filial... No era una cita novedosa para esas siete personas. Desde la llegada de González es algo común al menos una vez al mes y a lo largo de la campaña pasada Luna Eslava y Paco Jémez ocupaban, lógicamente, un papel preponderante. El de Fernán Núñez regresó a la que ha sido es y seguirá siendo su casa de la mano de Cándido Cardoso, ese "Candi" del que habló Tena poco antes de su adiós contando una parte de la negociación que mantuvo con su representante. Cardoso señaló a Luna como el hombre ideal para el aterrizaje de González y el de Fernán Núñez fue lógico en la respuesta cuando el presidente le preguntó por un entrenador: "Paco Jémez". El hoy técnico del Rayo marcaba, como ahora lo hace Berges, qué tipo de jugador pretendía para cada puesto y tanto Luna como esa sección "coral" de la que hablaba González ayer se ponían manos a la obra.

Así, el de Fernán Núñez encontró, entre otros a López Garai (uno de sus grandes éxitos, no el único), David Prieto, Airam, Cerra, Quero o Ximo Navarro. Además, tanto Cándido Rosado como él y gracias a la amistad que ambos mantienen con Emilio de la Riva (Rosado fue socio suyo) también incorporaron a López Silva, Caballero y Astrain. El mismo presidente, en algún caso con el asesoramiento del hoy director de comunicación, Alfredo Duro, trajo de la mano a Borja García, Cristian, Patiño y, como apuestas de futuro (hasta ahora sin resultado) Taira, Ayina y Pauliño. El coro tenía otro miembro en la figura de Mariano Mansilla, que la campaña pasada aportó a Carlos Arias, Balsas y Sebastián Dubarbier, mientras que en esta recomendó la incorporación de Mikel Saizar y de Enzo Rennella.

Algún miembro de los que asistían a aquellas reuniones ya habló discretamente de que en algunas había algo más que tensión. De hecho, en una muy concreta fue Paco Jémez el que tuvo que poner paz y pedir moderación a uno de los asistentes ante el exabrupto de este hacia su superior. Todo se encuadraba, en todo caso, en la filosofía de trabajo impuesta desde la llegada de González y ahí quedaba siempre la cosa. El trabajo continuaba hasta la próxima cita.

Con la salida de Jémez la distancia de Luna Eslava con el resto del coro fue aumentando, a pesar de que el aumento de sus emolumentos llegó hasta los 100.000 euros, primas aparte (Copa, play-off , posible ascenso, etcétera). El de Fernán Núñez tenía cada vez más complicado entenderse con ese grupo de trabajo en el que progresivamente había más opiniones de "gente del fútbol", como decía ayer González, más debate. El pasado mes de julio, este periódico informaba de quiénes eran "los nombres del presidente", esos componentes del coro que asesoran en materia de fichajes al Córdoba. La distancia del ya exsecretario técnico fue tomando cuerpo, al punto de que Cándido Cardoso, por ejemplo, fue el encargado de incorporar a Abel Gómez o a Joselu, así como a Seoane y a Xisco en enero. Un mercado invernal, por cierto, en el que el propio Cardoso se encargó de las salidas de Ayina al Ecija y de Damián al Jaén, así como de las rescisiones de Tena y de Cerra.

Damián precisamente fue uno de los recomendados por Luna, al igual que Kiko Olivas o Pedro, hombres para una plantilla comandada por un Rafa Berges que no llegó al banquillo por recomendación de Luna Eslava, sino por la de dos miembros de ese coro anteriormente citados. El propio Luna se negaba el pasado 12 de febrero a hablar de su situación en el club, pese a la insistencia de la prensa. "No me he sentado aquí para hablar de mí, sino para repasar el mercado y si queréis la actual situación del equipo. Mi situación es la misma y con respecto a mi trabajo no ha cambiado nada". Cuando se le preguntó si estaba cómodo, el de Fernán Núñez dudó: "Hombre, si no estuviera cómodo, no sé... Estoy intentando y realizando mi trabajo".

Y revelaba parte de la forma de trabajo con ese grupo de trabajo del que él siempre habló y el presidente confirmó a este periódico. "Formo parte de un cuadro técnico donde hay un consenso y hemos hecho eso. Hay un cuerpo técnico, unos consejeros, pero yo no voy a dar nombres de quiénes hablamos o cuándo nos reunimos como comprenderás". Y remachó: "Cuando se me requiere, ahí estoy". El cambio significativo es que el pasado miércoles, como en otras tantas reuniones de los últimos meses, sobre todo desde la marcha de Paco Jémez, a Luna Eslava ya no se le requería. Para la historia queda el haber sido una de las piezas del complejo engranaje que llevó al Córdoba a su mejor campaña en 40 años. La vida sigue.