La Filmoteca de Andalucía, con sede en Córdoba, acoge este viernes la proyección del documental 'Penélopes. Guardianas de la memoria', que este jueves han presentado en rueda de prensa su autor, Juan-Ramón Barbancho, y el director de la Filmoteca, Pablo García Casado.

'Penélopes. Guardianas de la memoria' son los testimonios de las mujeres o hijas de los emigrantes, de los que tuvieron que irse a intentar buscar una vida mejor, aquellas que se quedaron guardando la casa y la memoria del que se fue y las que administraron los recursos que venían de fuera.

Barbancho ha explicado que se ha hablado mucho de la emigración, del papel y los esfuerzos de los que se fueron, pero no se ha hablado tanto de las que se quedaron, las que mantuvieron la familia y la ilusión.

En este sentido, ha señalado que "la memoria es un elemento indispensable, tanto en nuestras vidas como en las de las ciudades y sociedades en las que habitamos. Ella no solo es parte de nuestro pasado, es la realidad de nuestro presente y con ella, o sobre ella, debemos construir nuestro futuro".

La memoria, según ha opinado el cineasta, está "encerrada en nuestras tradiciones y costumbres, pero también entre las paredes de nuestras casas, en las habitaciones, en los patios. A veces se deja entrever por las ventanas y, muchas veces, la vemos viva en un comentario de la gente por la calle, en el mercado, en las plazas".

Las mujeres, a juicio de Barbancho, conservan esta memoria por varias razones, "una posible es porque ellas están más atentas al discurrir de los asuntos cotidianos, eso es importante. No olvidemos que la historia no se hace con grandes gestos y ni la hacen las personas importantes, la historia la hacemos todos y todas, pero especialmente está tejida de asuntos sin importancia, de cosas del día a día.

Esa memoria, según ha dicho el autor del documental, "está aquí, la de adentro, la de la esposa que vio a su marido partir, la que cría, cuida y alimenta a los hijos, la que se siente orgullosa cuando éstos salen adelante".

El documental se basa en un hecho, Andalucía es una tierra de migraciones, tanto de los que vienen como de los que se van, pero en los años cuarenta y cincuenta del siglo XX fueron importantes por la cantidad de andaluces y andaluzas que tuvieron que dejar pueblos y familias. Los que se marcharon fueron especialmente los hombres, mientras que muchas mujeres se quedaron guardando la casa y construyendo la familia.