Después de seis ediciones, la última esta de 2019, el Festival de Arte Contemporáneo y Poesía Visual de La Victoria, ArtSur, está más que consolidado. Con el respaldo de la Diputación de Córdoba, a través de su programa Periféricos, el festival ha ido sumando arte callejero, a través de exposiciones y murales al aire libre de reconocidos grafiteros, junto a actividades de creación y revisión de ideas sobre el arte visual y conceptual, exposiciones e incorporación de originales obras escultóricas integradas en el paisaje urbano y rural del entorno, con mención especial para el acto o charla de apertura que amenizaron los cordobeses Antonio Monterroso y Jacinto Lara. Como auténtico hervidero artístico debe calificarse, durante esos cuatro días, la presencia de creadores nacionales e internacionales, entre los que pueden citarse, pues en total han sido sesenta y cinco artistas, los de Paula Fraile, María Ortega Estepa, Escuela de Colores o Javier Zamora Valdés.

En el sendero rural de Tocina quedan alegremente obras de años anteriores y a ellas se suman ahora las de 2019, algunas tan significativas como “Du-Da”, de Antonio Monterroso; el barco-automóvil o escultura en madera de los portugueses Rui Abibe y Rui da Silva o “La cómoda del Laocoonte”, en mármol de Cabra, con alusiones mitológicas del italiano Luiz Villaescusa y el alicantino Chapu Trigueros. Así, el planteamiento ecológico hecho para el entorno se concreta de este modo en el programa de actos: “El sendero pretende, mediante la implantación de esculturas integradas en la naturaleza, proporcionar al visitante una experiencia cultural además de educativa sobre la preservación del medio rural”.

Entre otras, ya forman parte de ese paisaje rural y urbano de la localidad cordobesa los nombres de Felip Barberá Cremades, Rui da Silva y Rui Abibe -con su citado barco “Leyenda del capitán Aspura”-, Mr. Chapu o Benito Marín Montalvo. Y de su paso por ella, con exposiciones o performances, no puede olvidarse tampoco al melillense Salah Mohamed Mohamed (con sus pinturas infantiles tan simbólicas, genuinas y reivindicativas tituladas “Cuando éramos niños”); a Teresa López, con su original celosía “Exit”, instalada en la casa Azul, o a Javier Seco y Rosa González, que escenificaron una escultura viviente, “La Jaula”, en referencia a la incomunicación-comunicación.

Y tampoco deben dejar de mencionarse las tres actuaciones inolvidables que en la noche del domingo 9 de junio clausuraron las jornadas, a cargo de la alta calidad artística de la cordobesa Verónica Ruth Frías, de Jesús Alonso Ovejero y de Álvaro Terrones y Santiago López. Su constante humor, ironía, ingenuidad y apuestas simbólicas por un mundo mejor y más optimista dejaron abierta la puerta para el próximo festival de 2020, que Sebastián Zamora Machuca, como promotor y organizador, prepara ya acompañado siempre por la incombustible ilusión del pueblo victoreño.