Hace ahora un año nacía una nueva institución en Córdoba, la Fundación Pro Real Academia, algo de lo que no se sabía mucho, excepto que era necesaria para sostener la propia Real Academia, que desde hace años vive de prestado en un edificio de la Universidad ante la falta de sede propia, una pesadilla de la que, al parecer, se está a punto de despertar, lo que José Cosano, director de la institución, celebra y agradece al Ayuntamiento, que se ha comprometido a rehabilitar la sede de la calle Ambrosio de Morales después de años de abandono. Gracias a esta fundación, cuyo cumpleaños se celebrará el próximo martes con una gala, se han financiado con capital privado, no solo sus propias actividades, sino algunas de la institución que protege, y con tan solo un año empieza a dar frutos, aunque, como dice Cosano, aún está en la fase de impulso, lo que no será difícil ahora que el optimismo reina en la Real Academia.

-La Fundación Pro Real Academia cumple un año. ¿Ha alcanzado sus objetivos?

-Sí, aunque estamos en la fase de impulso. Todo lo que nace hay que darlo a conocer y exponer cuál es la finalidad por la que se crea esta fundación, que no es otra que la sostenibilidad de la propia Real Academia, que estaba ante una obra inconclusa, la de su sede. Y ese es un objetivo irrenunciable para nosotros. Teníamos, durante un periodo de 75 años, un derecho de superficie, pero tuvimos que renunciar a ello al no poder distraer ni un euro para habilitar el espacio. Ahora, es el propio Ayuntamiento el que acometerá la rehabilitación de la sede. Hay un compromiso serio del Gobierno municipal actual y es la única fuerza política que lo ha llevado a su programa y va a hacer honor a su cumplimiento.

-Así que tienen esperanza de volver a casa.

-La esperanza es fundamental. Es el primer paso para que nosotros nos estimulemos a tener la iniciativa para complementar con lo necesario ese edificio, que formará un todo con el anterior del Ayuntamiento y, como centro cultural, se pondrá a disposición, no solo de la Real Academia, sino de otros colectivos para exposiciones, jornadas, etcétera, además de albergar nuestra biblioteca, ya que ahora mismo nuestro patrimonio está bien asegurado, pero disperso. Esperamos el fin de este mal sueño porque la institución, que tiene 209 años de existencia, no se lo merece ni se lo puede permitir una capital como Córdoba.

-¿Se acabaron los temores por el futuro de la Academia?

-Creo que podemos ir soñando ya con volver a nuestra casa, porque el Ayuntamiento está dispuesto a que nuestro patrimonio se reúna para ofertarlo a nuestros herederos, que es el pueblo de Córdoba.

-Un buen regalo de cumpleaños.

-Y hasta de Navidad. Estamos muy satisfechos porque las propias actividades de la fundación, junto con las de la Academia, se están cumpliendo. Y de tener actos solo los jueves, ahora no hay ninguna semana que no tengamos alguna otra actividad gracias al amparo de la Universidad.

-En efecto, las actividades se han multiplicado, tanto en la Real Academia como en la fundación. ¿Cómo lo consiguen?

-Haciendo una buena distribución de las ayudas que nos llegan, con programas y proyectos concretos ante los cuales las entidades se vuelcan.

-Y también cuentan con la colaboración de los académicos.

-Ese es el bien más tangible que tenemos. Ahí se acumula una intrahistoria académica que es ya realmente importante. Caminamos ya hacia la celebración del centenario del Boletín, que será en el 2022. La década de los veinte es prometedora porque también se cumple el centenario de cuando esta academia, en 1927, y antes que Sevilla, revitalizó a toda una generación en torno al poeta Luis de Góngora.

-¿Cómo van a celebrar este primer aniversario?

-Lo celebraremos el próximo martes con una gala en la que entregaremos reconocimientos a los amigos de honor y benefactores, además de los premios institucionales.

-¿Cuáles son las nuevas metas de la fundación?

-Fundamentalmente, impulsar las actividades de la Real Academia y, al mismo tiempo, desarrollar las propias. Hemos creado el Aula de Teatro Romero Esteo, el Aula de Poesía Mario López, hay encuentros con jóvenes valores de la música, conversaciones en directo con personajes interesantes, conciertos benéficos, galas flamencas... Aparte de eso, hay un foro de debate y este año ampliaremos con un ciclo de cine. Seguiremos moviéndonos en este entorno y en potenciar los jóvenes valores y a aquellos artistas que tienen que salir fuera de la ciudad para mostrar su arte.

-¿Cree que el acercamiento a la juventud es la asignatura pendiente de la Real Academia?

-No. Nosotros no lo entendemos así, al menos, en este mandato. Desde el primer momento, hemos potenciado a los jóvenes valores y creadores. Las puertas están abiertas a los jóvenes, es uno de nuestros objetivos más queridos, además de proyectarnos al exterior.

-¿Cree que esa proyección está dando resultados, que la sociedad cordobesa ha dejado de ver la Academia como algo elitista?

-Estamos consiguiendo dar pasos significativos en este tema. Lo que pretendemos es que esa difusión tenga mucha transmisión, de boca a boca. Nuestras sesiones son públicas, puede acudir quien quiera.

-¿Han tomado ejemplo de otras academias o no es una práctica común entre ellas crear fundaciones de ayuda?

-Decidimos crearla porque las actividades culturales necesitan un compromiso de los poderes con las fuerzas económicas de la ciudad. No todo se puede cargar a las administraciones públicas. Tenemos que ser conscientes de que la mayor responsabilidad que tenemos es transmitir una herencia significativa e importante a las generaciones que vienen. Se nos juzgará por lo bien o mal que hayamos hecho las cosas y, hablando de patrimonio, esta es quizá la herencia más sublime de los ciudadanos y deben disfrutarla. Córdoba tiene que darse cuenta de que tiene que sumar. Muestra de ello han sido las más de 30 conferencias que sobre el Patrimonio de la Humanidad que hemos organizado, y ahora estamos en el proceso de cuajar un libro con objeto de que quede el legado de todo lo que hemos hecho en estos últimos meses.

-Desde que llegó a la dirección de la academia no ha parado. ¿Qué balance hace al frente de la institución?

-Hemos seguido la línea de lo que se ha hecho bien y de potenciarlo con un afán, a veces, desmedido, pero necesario para despertar a esta ciudad, que debe ser consciente de su mucha potencialidad.