El Crismón de Baena, que desapareció en julio de 1993 del Museo Arqueológico Nacional, ha vuelto a la actualidad. La senadora socialista María Jesús Serrano ha recibido respuesta a la pregunta que registró en el Senado sobre si aún se continúa investigando el robo de esta cruz visigoda que fue encontrada en Baena.

Su historia se remonta al año 1901 cuando las labores agrarias cerca del cortijo bajo de Ízcar, a doce kilómetros de Baena, dejaron al descubierto un antiguo sepulcro y en su interior se halló «una cruz de metal fundido, que mide 34 centímetros de alta por 25 centímetros de anchura en los brazos: tiene pendientes de estos el alfa y la omega, primera y última letras del alfabeto griego, anagrama del nombre de Jesucristo, principio y fin de todas las cosas», tal y como recoge Valverde y Perales en su libro Historia de la Villa de Baena. Este historiador y arqueólogo donó en 1902 esta pieza al Museo Arqueológico Nacional, donde estuvo hasta su desaparición. Ese día Baena perdió uno de los símbolos más conocidos de la localidad. El grupo cultural Amador de los Ríos señala en uno de sus boletines que fue un nieto de Valverde y Perales, Manuel Cassani, en el que contribuyó, junto a Juan Torrico, a recuperar el Crismón cuando en 1973 encargó en una joyería tres crismones de oro. A partir de ese encargo comenzó a extenderse su uso. «Juan Torrico Lomeña también ayudó a remarcar su importancia al proponer que fuera el símbolo de la Agrupación de Cofradías desde sus inicios en 1977» y hoy día adorna el cuello de los baenenses como símbolo identificativo de la localidad.

Según informa María Jesús Serrano, el Gobierno ha respondido que la pieza sustraída se encuentra grabada en la base de datos nacional de obras de arte robadas, así como en la base de datos de la Interpol. Esta grabación es «primordial» para su detección en el mercado del arte en el momento en que va a ser comercializada. El Gobierno añade que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado comprueban los catálogos de las salas de subastas nacionales e internacionales y realizan inspecciones a tiendas de antigüedades, «sin que se haya localizado».