La mitad de la población montillana continuaba ayer, por tercer día consecutivo, sin suministro de agua potable, mientras que la empresa Aguas de Montilla continuaba a marchas forzadas el arreglo de la tubería, entre complicaciones, en una obra que calificó como «de ingeniería complicada». La empresa retomó las labores de anclaje del nuevo tramo que conectará la red general de Montilla con la tubería de transporte desde los depósitos generales de La Bernardina, una vez se evaluó una fuga registrada a primera hora de la mañana. El alcalde de Montilla, Rafael Llamas, indicó que la impresionante columna de agua registrada en torno a las siete de la mañana había sido consecuencia del desplazamiento «de unos milímetros» de uno de los codos, «una incidencia previsible en este tipo de actuaciones».

Llamas, quien a pesar del nuevo contratiempo se mostró optimista «porque el resto del sistema ha dado los resultados deseados», aseguró que esta incidencia se enmarca dentro de la normalidad de una «operación que implica una gran dificultad», por las altas presiones que se generan en el proceso de conexión del agua.

Matilde Mancha, directora regional de Hidralia, señaló que la fuga registrada en el codo superior que conecta el nuevo tramo de la tubería de transporte con la red general de suministro, se ha generado por el desplazamiento que la presión genera sobre una «tubería aérea». Desde primera hora de la tarde, operarios de Aguas de Montilla trabajaban en el polígono de Llanos de Jarata para la puesta en marcha de una conexión que permitiese el suministro de Montilla a través de las instalaciones de Emproacsa.

Mientras, se continuó con el dispositivo especial de reparto de agua potable y no potable a través de camiones cisterna.