Empresarios y comerciantes de los principales pueblos afectados por el cierre perimetral decretado para toda el Área Sanitaria Sur asumen con resignación la dura medida adoptada por la Junta, en línea con otras comunidades autónomas, pero consideran que llega tarde e instan a las administraciones a hacer el máximo esfuerzo para salvar la campaña de Navidad, al tiempo que piden apoyo ante la grave crisis a la que se enfrentan.

Antonio Rabasco, presidente del Centro Comercial Abierto Eliossana de Lucena, señala que «la situación es bastante dura para el comercio de Lucena, ya que en su mayoría depende de la comarca, y con este decreto se impide la movilidad entre los pueblos de la zona sur de Córdoba». Ante ello, pide a las administraciones que «hagan lo necesario para que podamos salvar las Navidades».

El presidente de la asociación Comercio Puente Genil, José Florencio Bedmar, afirma que, «aunque ahora suene más la hostelería», el comercio en general «lo está pasando mal, y se trata de microempresas donde no hay mucho colchón para aguantar». Ante esto, la venta on line aparece como una de las pocas salidas.

Para Alfonso Ariza, presidente de la Asociación de Empresarios de Puente Genil, Asojem, esta segunda ola de la pandemia « puede ser la puntilla para el tejido empresarial». Por ello, demanda «sensatez y buen criterio a la hora de tomar decisiones, estamos muy cansados ya de tanto cambio, decisiones precipitadas que no están valorando las consecuencias reales».

Francisco Serrano, presidente de la Unión de Empresarios de Baena, afirma que este cierre va a afectar gravemente a los establecimientos en general puesto que Baena es un sitio al que acude gente a comprar de los pueblos de alrededor, como Zuheros, Luque o Doña Mencía, «y si a eso le añadimos que las ventas han disminuido considerablemente porque la gente sale poco, es una pérdida considerable».

Desde Montilla, Carlos Mora, presidente de Aeaco, considera el cierre de la zona sur de la provincia como «un varapalo», sobre todo para la hostelería justo en uno de los puentes más importantes del año, y cree que los cierres podían haberse hecho «más personalizados», aunque en el plano personal admite que, dada la situación, «debemos intentar quedarnos en casa».

Gabriel Pino, presidente de la asociación de comerciantes de la calle Monturque de Aguilar de la Frontera, destaca que «localmente no nos afecta porque los negocios de diario pueden seguir subsistiendo con las compras locales», aunque apunta a los bares como los mayores perjudicados. Por su parte, Paco Cabezas, presidente de la asociación de comerciantes de la calle Andalucía, considera que las «medidas son duras, pero hay que cumplirlas» para «salvar las ventas de Navidad».

Desde Cabra, Juan Antonio Cerrillo, presidente de AECA, pone de manifiesto que «lo que distingue una buena gestión de situaciones como esta es la consecución de un justo equilibrio entre la salud y la economía. Ante esta segunda ola los empresarios éramos conscientes de que llegarían medidas para frenar los contagios y la debacle económica que acarrearía la transmisión descontrolada». Pero al mismo tiempo, añade, estas medidas «quizás llegan tarde y necesitarán ser más estrictas en breve», por lo que deberán venir «acompañadas de un respaldo al empresario y un cumplimiento vigilado de las medidas por la sociedad».