La siembra de avena en las calles del olivar disminuye la erosión y aumenta la rentabilidad, ya que se obtienen 3.000 kilos por hectárea, según los trabajos desarrollados un equipo de la Universidad de Córdoba que trabaja el proyecto europeo Diverfarming en Andalucía.

Este proyecto, financiado por el Programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea, dentro del reto de 'Seguridad alimentaria, agricultura y silvicultura sostenibles, investigación marina, marítima y de aguas interiores y bioeconomía', persigue desarrollar y probar modelos de agroecosistemas que revelen cómo los cultivos diversificados influencian la productividad de la tierra.

En este caso, el bajo precio del aceite de oliva en el mercado, sumado a los problemas medioambientales de erosión y pérdida de suelo que sufre el olivar andaluz, abre las puertas a nuevas estrategias de manejo, como la diversificación de cultivos y las prácticas de bajos insumos.

Además del beneficio económico que para la comunidad olivarera implica una segunda cosecha, los beneficios medioambientales son también relevantes, según informó este lunes la Universidad de Córdoba.

El grupo de investigación, compuesto por Beatriz Lozano, Luis Parras y Manuel González, detectó cómo la siembra de la avena a modo de cubierta vegetal ha reducido la erosión en comparación con el monocultivo.

Además, la avena crea bastante cobertura del suelo y tiene un contenido alto de biomasa, lo que ha producido un mayor secuestro de carbono, reduciendo así su emisión y consiguiendo suelos con más materia orgánica y, por tanto, mayor fertilidad, lo que se ha comprobado en un olivar tradicional con problemas de erosión en Torredelcampo (Jaén), donde se ha llevada a cabo el experimento.

En este caso de estudio, se ensaya también la diversificación con lavanda, que será cosechada en poco tiempo y para la cual también se prevé una buena cosecha.

En el proyecto, además de la Universidad de Córdoba, participa la Politécnica de Cartagena y otras de Italia, Reino Unido, Países Bajos, Alemania, Hungría y Suiza, centros de investigación de España, Italia y Finlandia, la organización agraria Asaja y empresas españolas, italianas, holandesas, alemanas, húngaras y finlandesas.