La victoria del Partido Popular en las elecciones municipales en la capital cordobesa y la posibilidad de que este partido pueda llegar a pactos de gobierno para alcanzar la mayoría en el Ayuntamiento abrirán mañana un periodo intenso de negociaciones, que debe culminar el 15 de junio, día previsto para la investidura en Capitulares.

.....................................................

Para muchas mujeres, el puerperio o postparto, o sea, el período que transcurre desde el parto hasta que la mujer vuelve al estado ordinario anterior a la gestación, es mucho más duro que el parto en sí. Lo único bueno del postparto del 26-M es que, si todo va bien, concluirá el 15 de junio, día de la celebración del pleno de constitución del Ayuntamiento y de la elección del alcalde (y, también, de que Rosalía rebose la ciudad; vayámonos pues); así que, por muy agotador y duro que sea, al menos será finito. Los partidos políticos tienen 12 días para pactar -sí, no vamos a pensar que haya que ir a la prórroga-y conformar un gobierno para los próximos cuatro años-.

Hoy hace una semana que el PP ganó las elecciones en Córdoba. Para algunos estos siete días han sido, volviendo al símil de la maternidad, como despertarse de la epidural con un bebé muy llorón y la habitación del hospital llenita de visitas. Un horror, vaya. Para otros, la cosa ha ido de fábula, el parto, una horita corta, y el niño, comer y dormir, comer y dormir. A los que no hemos parido (solo votado), la Feria nos ha regalo imágenes reconfortantes de fair play -como el abrazo de Isabel Ambrosio y José María Bellido el lunes-, y cierta sensación de bicefalia en El Arenal, con alcaldesa en funciones y un alcalde en ciernes.

Los datos

Al margen del color, los datos. El PP ganó el 26-M con más de 43.700 votos y el 29,55% del escrutinio, lo que tendrá una traducción de nueve concejales en la próxima Corporación municipal. El candidato popular, José María Bellido, fortaleció su victoria en 7 de los 10 distritos de la ciudad, provocando el vuelco electoral y la salida del PSOE de la Alcaldía de Córdoba. La alcaldesa en funciones, Isabel Ambrosio (pese a mejorar notoriamente sus resultados de 2015: 39.500 votos, el 26,8% y 8 concejales), se quedaba sin opciones de formar gobierno sumando por su izquierda: por el desplome de su socio en este mandato, IU (que pierde un concejal y 2.000 votos), y por la tímida irrupción de Podemos en su estreno local, con solo dos ediles.

La candidata de Cs, Isabel Albás, con su espectacular subida de 2 a 5 concejales y 9.000 votos más respecto a las elecciones del 2015, se ha mostrado proclive a formar gobierno con el PP -del PSOE dijo el martes que había estado «ausente» estos cuatro años, de lo que se infiere que su preferencia es con Bellido-, e incluso ha pedido ya algún área como Urbanismo. Es «irresponsable», dijo, que la pida el PP porque ya tuvo su oportunidad en 2011 y no lo hizo bien, vino a decir. De Albás también está por ver si abandona su acta de parlamentaria andaluza cuando tome posesión como concejal.

Vox, por su parte, ha dicho que no quiere «sillones», pero que es esencial para «la estabilidad». Es decir, que no ha dicho ni que sí, ni que no, ni todo lo contrario, pero ha dejado claro que no lo hará «a cambio de nada». Con ellos, el gobierno liderado por Bellido tendría 16 concejales; sin ellos, el gobierno se quedaría un edil por debajo de la mayoría absoluta (que está en 15) y la formación de Santiago Abascal estaría llamada a jugar el papel de Ganemos en el anterior mandato. Hace cuatro años, la agrupación de electores firmó un pacto para la gobernabilidad con PSOE e IU, basado en 51 medidas, pero en el último momento decidió no entrar a gobernar, quedando en un papel muy complicado durante todo el mandato, al no ser ni gobierno, ni oposición. Esa posición es la que se juega ahora Vox, y es en lo que tendrá que reflexionar el PP: qué gana y qué pierde si forma gobierno con los de Abascal.

Las negociaciones empezarán mañana, aunque ya ha habido contactos informales. Se ha prometido transparencia, pero parece poco probable que la haya. Las direcciones nacionales del PP y de Cs han constituido sendos comités para negociar en los municipios. Los dirigentes populares de Córdoba esperan que estos equipos interfieran poco en las conversaciones de la capital, pero en la formación naranja no se mueve nada sin la supervisión de Madrid (lo hemos visto en la confección de listas, por ejemplo).

Diseño de gobierno

En las negociaciones no solo se acordará un programa común y se diseñará el nuevo gobierno municipal (se distribuirán las áreas de responsabilidad, se repartirán las concejalías, creando nuevas o fusionando otras, y se asignarán las empresas e institutos municipales), sino que se decidirá cómo queda la oposición, dónde se colocan los grupos y, sobre todo, el dinero del que dispondrán para asesores o liberados. Otra incógnita que se despejará en estos días es quiénes serán los que finalmente tomen posesión de su acta de concejal. El secretario municipal, Valeriano Lavela, ya ha advertido de la incompatibilidad que hay entre ser funcionario o personal municipal y concejal, por lo que quienes estén en esa situación deberán decidirse por una de las dos opciones (si se es edil deben dejar su puesto de funcionario quedando en excedencia). Esa circunstancia puede hacer que corra alguna lista.

La resolución de todo, ya saben, pasado el postparto.